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La Santa Trinidad

La Santa Trinidad fue una campaña de rol jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia entre los años 2000 y 2012. Este libro reúne en 514 páginas pseudonoveladas los resúmenes de las trepidantes sesiones de juego de las dos últimas temporadas.

Los Seabreeze
Una campaña de CdHyF

"Los Seabreeze" es la crónica de la campaña de rol del mismo nombre jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia. Reúne en 176 páginas pseudonoveladas los avatares de la Casa Seabreeze, situada en una pequeña isla del Mar de las Tormentas y destinada a la consecución de grandes logros.

viernes, 27 de septiembre de 2013

La Verdad os hará Libres
[Campaña Substrata]
Temporada 1 - Capítulo 22

Cambio de filas (II)
El grupo tenía poco tiempo. Que ellos supieran, en el restaurante había como mínimo tres secuaces de UNSUP. Con Finnegan y Gibbons inconscientes, subieron en ascensor hasta el piso 12, donde se encontraban sus habitaciones, e intentaron encontrarlas, pero no tuvieron suerte y todas las intentonas con las llaves-tarjeta de los inconscientes fueron infructuosas. Así que todavía se encontraban en el pasillo cuando los tipos "S" de la Compañía hicieron acto de aparición. Tras dar una explicación apresurada de su tardanza salieron discretamente del hotel, de forma sorprendentemente fácil.


En un par de furgonas negras llevaron a la pareja inconsciente al complejo costero de UNSUP, que se encontraba en clara connivencia con los militares allí estacionados, tanto nigerianos como estadounidenses. Jack tuvo una inconsciencia inquieta y estremecedora, repitiendo los sueños vívidos del paraje africano que ya había tenido en el avión, pero esta vez además se veía arrastrado por sus propios compañeros hasta el escenario de la detonación de la bomba. Pero siempre, al final de los sueños, encontraba consuelo en una luz extraña. A los sueños de la destrucción nuclear también se sumaron otros aún más extraños: siluetas luminosas y otras compuestas de tinieblas luchando entre ellas con él atrapado en medio de lo que quiera que fuera aquello. Y una cosa no variaba: el padre Estepháneos siempre le ayudaba y le prestaba una valiosa ayuda. Despertó, agotado de los dramáticos sueños, para encontarse en una habitación en penumbra ante la presencia de una mujer, que no resultó ser sino Dorothy St. James, la antigua socia de Thomas y famosa diabolista.

Con una media sonrisa, la mujer le dio la bienvenida a "la Compañía". Jack se mostró todo lo hostil que pudo dado el malestar que sentía, amenazándola con matarla si alguno de sus compañeros había sufrido daño. Dorothy le contestó educadamente, descartando sus amenazas con un simple gesto; pero la cabeza de Jack pareció estallar cada vez que una amenaza surgía de su boca, hasta que quedó sin resuello, intentando recuperar la respiración. La mujer acabó diciéndole que "todo sería más fácil cuando se reuniera con sus compañeros", y salió de la estancia.

Por la mañana, los personajes fueron emplazados a varias reuniones, a las que les condujo una bella secretaria, cuyo nombre era simplemente "Lilly".
Thomas fue conducido a presencia nada más y nada menos que de Leopold Croix-Parker, el tercero de los socios de su empresa, que también trabajaba para UNSUP. No sólo eso, sino que parecía estar justo por debajo de Dorothy en el escalafón. Leopold habló a Thomas acerca de lo que llamaban el Nuevo Orden Mundial, que la Compañía perseguía y quería hacer posible. Todo lo que pretendían era un mundo mejor que el actual, por supuesto comandado por las mejores mentes del mundo, las suyas. Aunque su argumento tenía evidentes puntos débiles, Thomas optó por llevarle la corriente cuando Leopold empezó a alabar su pericia para las inversiones y la necesidad que la Compañía tenía de gente como él en su vertiente económica. Y pronto pasó a hacerle una generosa oferta: trabajar para UNSUP a cambio del soporte de la compañía entera. La vida solucionada para él y toda su familia. Thomas, por supuesto, aceptó, no tenía otro remedio que hacerlo teniendo lo que sea que le hubieran puesto en la cabeza. Con una sonrisa de satisfacción, Leopold pasó a exponerle el que debía ser su primer servicio para la Compañía. Debería organizar una reunión en Ginebra con toda su cartera de clientes europeos para exponerles la conveniencia de invertir una fuerte cantidad de dinero en empresas asociadas a UNSUP, y convencerlos en la medida de lo posible de dejarle libertad para operar con todo eso. De la larga diatriba de proposiciones veladas que Leopold le soltó, Thomas entendió claramente que la intención de la Compañía era intentar hundir la economía mundial para emerger como los salvadores; gobiernos enteros caerían y serían reemplazados por sus propios candidatos. Y, por supuesto, cuando el Nuevo Orden fuera instaurado, Thomas tendría una posición preeminente entre los dirigentes, los Illuminati. O'Hara disimuló su asombro bien, y aceptó con una tranquilidad que pareció inquietar a Leopold.

En otro despacho del complejo, Joey era conducido a presencia de alguien llamado Brian Moore, que según se presentó, era uno de los peces gordos del área tecnológica de la Compañía. Habló también del Nuevo Orden, y de la necesidad que la Compañía tenía de tipos como Joey. Pondrían todos los recursos del mundo a su alcance si decidía colaborar con ellos. A cambio debía acabar con los rumores que había extendido por internet y que estaban perjudicando los intereses de UNSUP. Reticente, Joey se vio forzado a aceptar.

Jonas, por su parte, despertó al lado del cuerpo desnudo de Sally. Habían pasado la noche juntos haciendo el amor sin cesar. Tras unos segundos de cariño y reconocimiento mutuo, ambos fueron convocados a presencia de sendas personalidades de la Compañía. Jonas debía reunirse con un tal Karl Jund (¿de qué le sonaba ese nombre?), y Sally fue llevada a presencia de "la señora Tinaschek".

Karl Jund, un hombre maduro y recio, vestido con un traje de corte excesivamente clásico, recibió a McNulty con una sonrisa algo tensa. Tras hacerle la introducción acerca del Nuevo Orden Mundial, le habló de algo llamado la "Sección S". La sección S la formaban los guerreros de élite de la Compañía. Había visto ya a algunos de ellos, de los que la mayoría lucían una "S" tatuada o marcada en algún rincón escondido de su cuerpo. Y lo puso en antecedentes: la Sección S había sido creada hacía décadas por Heinrich Himmler y sus camaradas de la Sociedad de Thule siguiendo conceptos aprendidos de los escritos de Helena Petrovna Blavatsky y de maltrechas copias de obscenos rituales incluidos en manuscritos antiquísimos procedentes de Egipto e Israel. Los guerreros de la Sección S veían sus capacidades aumentadas mediante métodos que escapaban a la comprensión humana. La oferta de Karl Jund era que McNulty y Finnegan pasaran a engrosar las filas de la Sección, pues sus aptitudes le sugerían que serían individuos especialmente aptos una vez pasaran el proceso. Cuando McNulty se interesó por "el proceso", Jund sólo le reveló que era algo que implicaba un viaje al Tíbet y una preparación física y psicológica. Jonas no contestó nada definitivo, pero prometió que lo pensaría. Jund, quizá un poco decepcionado, lo despidió educadamente y lo emplazó a volver a hablar tan pronto como fuera posible.

Pocas horas después, Dorothy St. James, Karl Jund y Rufara reunían al grupo al completo. Jack se mostraba resentido, pero entendía que no habían tenido más remedio que traerlos hasta allí. Sally apareció con una sonrisa. Susurró a Jonas que le habían ofrecido optar en breve a la subdirección del New York Times, y utilizar todos los recursos de UNSUP para garantizarle opciones a llevarse el premio Pulitzer; además, aquel Nuevo Orden era lo mejor que podría pasarle al mundo. Parecía que la Compañía se la había ganado. El grupo pudo compartir sus inquietudes e información; todos ellos se encontraban un poco extraños desde que habían despertado en UNSUP, pero era una sensación leve, como una especie de ligerísimo cosquilleo en algunas partes del cuerpo. Cuando el resto del grupo oyó el nombre de Karl Jund, todos lo reconocieron como el hombre que firmaba el diario de Helena Blavatsky que habían encontrado en Westchester Associates. ¿¿Cómo era posible que fuera el padre de Merten Jund si su apariencia era la de un hombre más joven??

Cuando los jefazos de la Compañía expusieron sus deseos de que todos colaboraran y formaran "la célula del señor O'Hara", Jack, Jonas y Joey no se mostraron colaboradores. Tenían muchas dudas respecto a las intenciones de la Compañía, y el convencimiento de que el Nuevo Orden Mundial no era tan bueno. La agresividad en la conversación fue aumentando, hasta que Jund hizo un gesto. A través del intercomunicador implantado en su oído, Thomas oyó aterrado cómo el alemán daba orden a sus hombres de que erradicaran a los rebeldes, así que se levantó y pidió que los dejaran solos, él haría ver la verdad a sus compañeros. Dorothy y compañía se mostraron reticentes, pero como muestra de buena voluntad salieron de la sala. Thomas sabía que estarían vigilándolos, así que se propuso ser lo mas convincente posible, y no revelar nada que pudiera comprometerlos.

Tras una extensa conversación, con gestos velados y palabras susurradas, Thomas convenció al resto para fingir de la manera más sincera posible y esperar una mejor oportunidad. Jack pudo superar sus más profundas convicciones [punto de relato], y por fin accedieron a formar la célula de UNSUP que quedaría bajo el mando directo de Thomas. Éste desechó al instante la ligera satisfacción y ansiedad de poder que empezó a sentir.

Dorothy y los demás parecían satisfechos por fin. Dando la bienvenida al grupo a las filas de la Compañía, les emplazaron a pedir cualquier cosa que necesitaran a Rufara, que se encargaría de ser su enlace y suministro logístico.

A las pocas horas, Thomas empezaba a contactar con algunos de sus clientes europeos y de Oriente Medio. Joey recibía un portátil cuya tecnología no creía que existiese todavía, con el sistema operativo de UNSUP. Por supuesto, lo primero que hizo fue intentar entrar en zona restringida, pero no tuvo éxito y no quedó seguro de que no hubiera dejado alguna pista; lo intentaría solucionar más adelante. Cuando pidió si era posible que su compañero Lucas colaborara con él, le contestaron que primero debería deshacer la ola de rumores que había iniciado en la red, y para mostrar su buena voluntad, Joey se puso a ello inmediatamente. McNulty, por su parte, insistió ante Karl Jund acerca de la recuperación de su memoria y la posibilidad de volver a ver a su mujer y su hijo; el alemán le tranquilizó, diciéndole que no se preocupara y que intentarían solucionar aquellos problemas en breve plazo. Por lo pronto, reunió a Jonas y a Jack para comentarles su intención de convertirlos en guerreros de la Sección S en los próximos días, para lo que tendrían que viajar al Tíbet en breve; Jack tuvo un muy mal presentimiento, pero no veía otra salida que aceptar, a pesar de que en la conversación Jund les dijo que en ocasiones se producían resultados extraños, aunque no creía que ese fuera a ser el caso.


Mientras tanto, Hans Haller y el padre Kostas Estepháneos se habían quedado solos, y nadie había visto a John Gibbons desde el viaje a Lagos...

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Los Seabreeze - Campaña Canción de Hielo y Fuego Temporada 2 Capítulo 1

Interludio. El torneo de Quiebramar.


El siguiente año y medio fue muy próspero para los Seabreeze.

Tras repoblar la isla de Raer y crecer los árboles en tiempo récord, con la ayuda de los Niños del Bosque se comenzó a reconstruir Escollera y a construir otra fortaleza al sureste de la isla, cerca de los complejos subterráneos de los Niños. Con sus desconocidas artes, éstos pudieron acelerar la construcción de las fortalezas, avanzando tres veces más rápido de lo normal.

En Quiebramar, la prosperidad del puerto fue en aumento a la par de la cada vez más numerosa flota de Voredyn Rith y el establecimiento de varios comodoros en la isla. El dinero y la afluencia de población derivó en la creación de un pueblo de gran tamaño y el proyecto de un mercado para el futuro. En la fortaleza, los Seabreeze quisieron hacer honor a su emblema y el jefe de cazadores Ciren Ríos, que ya había demostrado su talento para la cetrería, se convirtió en Halconero Mayor cuando se habilitó una de las torres del castillo como Halconería. Los pájaros de presa Seabreeze están volviendo a tener el renombre que consiguieron en el pasado, de lo que Ancel y Jeremiah se muestran especialmente orgullosos.

Durante esos dieciocho meses, lord Renly Baratheon visitó varias veces la isla, interesándose por la progresión de los halcones y ofreciendo continuamente a Jeremiah un lugar en su guardia personal. El segundo de los Seabreeze había abatido en duelo fácilmente nada menos que a Ser Balon Swann, y tal gesta no parecía fruto de la casualidad. No obstante, a pesar de la insistencia de lord Renly, Ancel y Jeremiah siempre se las ingeniaban para darle largas y que el último siguiera con su labor en Quiebramar. Las visitas también sirvieron para que los Seabreeze elevaran la opinión que tenían de lord Renly; su magnetismo era desmesurado, y su carisma indiscutible.

Las fuerzas armadas de los Seabreeze también mejoraron en su vertiente marítima. Una moderna y completa escuadra de galeras fue construida y puesta en servicio, mientras las tropas de los Raer volvían a entrenarse y a crecer. Por supuesto, lord Edgar renovó sus votos de vasallaje y se convirtió en un firme aliado de los Seabreeze, que habían demostrado su valía y su sentido del honor.

En el pequeño laboratorio de Quiebramar, Berormane prosiguió con sus experimentos de utilizar el fuego valyrio para la curación. Tuvo algún accidente sin mayores consecuencias, pero perfeccionó mucho sus habilidades. Sin embargo, su frustración aumentaba al pensar que no podría compartir con nadie tales descubrimientos, pues no podía explicar de dónde procedían las redomas con las que experimentaba.

Vanna tampoco desaprovechó el tiempo. Convencida de que la información era equivalente a poder y de que los Seabreeze debían estar lo más informados posible de los acontecimientos que se desarrollaban a su alrededor, amplió su red de espías. Esta había empezado con una pequeña sirvienta en Nido del Grifo, y llevando a cabo varios viajes por Poniente consiguió expandirla y reclutar espías de diferente condición en Desembarco del Rey, Bastión de Tormentas, Nido del Cuervo y algunos otros enclaves.

El dinero procedente de la prosperidad del puerto (y del tráfico de mercancías ilegales) permitió a Ancel planificar su boda con Elora Fell y organizar un gran torneo del reino para celebrarla. La inmensa mayoría de casas nobles de las Tierras de la Tormenta enviarían una delegación a la boda, y un representante al gran torneo de los esponsales de Ancel Seabreeze. El prestigio de su casa aumentaba, y eso henchía de satisfacción a Ancel, Jeremiah, Berormane, Breon y Vanna.

Pocos días antes del torneo, cuando ya el patio de armas de Quiebramar y sus alrededores hervían con multitud de pabellones y pendones de más de la mitad de las casas de los Señores de la Tormenta, Vanna se reunió con los hermanos Seabreeze con semblante preocupado; los Niños del Bosque le habían confiado que en el lejano norte, más allá del legendario Muro de la Guardia de la Noche, algo muy malo ocurría; no habían podido precisarle detalles, pero al parecer tenían algún medio de comunicarse a largas distancias y alguien les había transmitido tal sensación. Algo escépticos, los Seabreeze desecharon la noticia, agobiados por los preparativos del torneo y considerando que el Muro estaba demasiado lejos como para preocuparse. Pero Vanna no quedó convencida del todo...


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La víspera del torneo amaneció en Quiebramar con un alba despejada de nubes, para variar. El frío era intenso, pero vivificante. Se sentía bien; en el castillo ondeaban ya los estandartes de Fell, Tudbury, Estermont, Tarth, Swann y Baratheon. El resto de las casas acampaba en el patio de armas o en las inmediaciones del castillo. Ancel volvía junto a Reman Khoros de inspeccionar la nave del comodoro Sludyr cuando se topó con su futuro suegro, lord Harwood Fell, acompañado de su hijo Ser Nored. El rostro del lord estaba serio cuando comenzó a hablar con su futuro yerno. En la conversación que siguió, lord Harwood pareció estar poniendo a prueba la sinceridad de Ancel al casarse con Elora, sugiriéndole que quizá sería mejor que, ya que su casa tenía una clara estrella ascendente, se casara con una dama de más alta alcurnia que su hija. Ancel no cayó en la trampa que su suegro le ponía por enésima vez, e insistió en hacer honor a su promesa y casarse con Elora. Por fin, el señor de los Fell se dio por satisfecho y exhibió una amplia sonrisa. Dio un sentido abrazo a Ancel y le aceptó como yerno, jurándole alianza y mostrando su orgullo por ver que era un hombre de honor.

Cuando Ancel y lord Fell se separaron y continuaron sus respectivos caminos, el Seabreeze pudo ver justo a tiempo y a la suficiente distancia a Dena Dondarrion. Como tantas veces había hecho en los últimos días, evitó a la mujer. Su presencia producía en él efectos muy... perturbadores, y no quería tentar a la suerte a tan pocos días de su boda y con los Fell tan satisfechos de su resolución.

Jeremiah había pasado buena parte de los últimos días junto a su hermano Jocel. Éste, escudero de Ser Aeron Staedmon, no apartaba su mirada de admiración de encima de su hermano mayor y de Ser Breon. La leyenda de la derrota de Ser Balon Swann a manos de Jeremiah sin que el Seabreeze apenas sudara había trascendido, y las historias del enfrentamiento con el león de Breon hacían sus delicias. Jocel quería haber participado el torneo, pero todavía no había hecho los méritos suficientes para ganar sus armas de caballero. Tanto Jeremiah como Breon y sus respectivos escuderos Tudbury empezaban a apreciar profudamente al entusiasmado muchacho que deseaba más que nada en el mundo convertirse en caballero y participar en torneos.

Vanna recibió mensaje de Jana Alyr, la posadera y jefa de sus informadores en la isla, donde la invitaba a acudir al Halcón de plata a conversar. Tenía informes para ella. Ofreció a Breon acompañarla hasta allí, y el caballero asintió al instante; desencantado con Melina Raer, que no había hecho más que jugar con él y que estaba evidentemente fuera de su alcance por el momento, se había vuelto a encaprichar de la hermosísima Jana.

Una vez en la taberna (que se había ampliado y ahora también era posada), Jana les transmitió la información: sus trabajadoras habían oído inquietantes conversaciones entre soldados, viajeros y comerciantes sobre casos de avistamientos de fuego valyrio en el este, y rumores sobre el comercio del mismo por la Bahía de los Naufragios. Era preocupante, y deberían tener más cuidado con las filtraciones.

Cuando Vanna y Jana acabaron su conversación, fue el turno de Breon, que como incontables veces antes invitó a Jana a dar un paseo; y extrañamente, esta vez aceptó. Tratando desesperadamente de impresionarla, Breon se sinceró: le contó su verdadera historia y su condición de heredero de la casa Toyne. Ella pareció lo suficientemente sorprendida, pero no mostró sus sentimientos más allá. Hasta que Jana también decidió sincerarse, y la conversación derivó hacia la capacidad de Breon de cazar leones. Pronto, Jana comenzó a hacer referencias veladas a cierta... "leona" y sus cachorros, referencias que escapaban al entendimiento de Breon. Para hacerle comprender, Jana le preguntó:

— ¿Conocéis la canción llamada "las lluvias de Castamere", ser Breon?

Cuando el caballero respondió afirmativamente, el rostro de Vanna dejó traslucir su odio y su voz su desprecio hacia el sujeto que había encargado componer aquel tema. Contó que el tema de aquella canción la tocaba de cerca, y que aunque no quería hablar más del tema, lo que más deseaba era tener la cabeza de "la leona" y de sus cachorros. Para horror de Breon, se hizo evidente que Jana se refería a la reina Cersei y sus hijos. Ante la reticencia de Jana, no quiso preguntar qué la llevaba a hacer tal petición, pero si aquella era la forma de poseer a la más hermosa mujer de Poniente, trataría de encontrar la forma de satisfacerla. Con un casto beso en la mejilla, la grácil posadera se despidió del rudo caballero, que no pudo evitar arrebolarse.

De vuelta en Quiebramar, Ancel y Jeremiah decidieron reunirse con lord Renly, que se encontraba en el exterior junto con Willas y Loras Tyrell y lord Bryce Caron. Se encontraban practicando la cetrería con los halcones que Willas había traído desde Altojardín, así que los Seabreeze hicieron acto de aparición con sus propios pájaros. Lord Renly les dio la más efusiva de las bienvenidas, y para su regocijo, practicaron un rato la caza con las rapaces. Los halcones de Willas eran magníficos, pero no menos magníficos probaron ser los halcones Seabreeze, que se ganaron un asentimiento de aprobación del amable heredero de Altojardín. Ancel aprovechó para entablar una breve conversación con el noble Tyrell acerca de cómo podrían establecer una ruta comercial con sus estupendos caballos, reputadamente conocidos como los mejores del continente; Willas, absorto en la caza, asintió de manera ausente.

A su vuelta desde la posada, Vanna se encontró con Brienne, con la que había hecho buenas migas desde el asunto de su liberación en Nido del Grifo. La dama de Tarth se mostraba tan enamorada de lord Renly como siempre, observando cómo cazaba con su halcón desde la distancia.

Por la tarde, ser Ronnett Connington se reunió con Ancel, recordándole la promesa que le habían hecho de apoyarlo contra su familiar exiliado, y planteando la posibilidad de volver a hacer de su casa una casa noble y convertirse él mismo en lord. Ancel le respondió que le apoyaría en tal empresa, pero que debería esperar la ocasión propicia y presentar su caso antes ante el rey Robert. Verían cómo hacerlo en el futuro próximo.

Y por fin, llegó el día del torneo, previo a los esponsales Seabreeze-Fell. La competición se prolongó durante tres días, durante los que los orgullosos caballeros se midieron en combate. La multitud reunida vibró y abucheó, aplaudió y silbó, ante la satisfacción de lord Ancel y sus aliados, lord Selwyn de Tarth, ser Aemon Estermont y su hijo Alyn, prometido de Megara, que se sentaba a su lado. Breon no pudo pasar más allá de la primera ronda, en un combate ajustadísimo con Ser Alan Penrose, mientras que Jeremiah llegó brillantemente hasta la semifinal, donde sin ser descabalgado, perdió el combate ante Ser Loras Tyrell, que a la postre ganaría el torneo ante ser Donnel Swann. Habría que tener muy en cuenta al joven Tyrell en el futuro.

Mientras todavía se celebraba la victoria de ser Loras en la final, Vanna recibió otro mensaje de Jana y de inmediato se reunió con ella. Según le dijo la posadera, las conversaciones sobre el presunto fuego valyrio habían continuado aquí y allá, y alguien se había interesado especialmente por los rumores, llegando a parecerle sutilmente peligroso. Cuando Jana le describió al individuo y sus acompañantes, sólo una persona se ajustaba a tal descripción: Roben Tudbury, al que apodaban "la oveja negra", el tío de Ancel y Jeremiah.

La Hueste Celestial
[Campaña Engel]
Reparto de Personajes


ANYOEL
Orden Ramielita


Anyoel es un alma atormentada. Obsesionado por el conocimiento incluso más que los ramielitas medios, su amigo y podría decirse maestro, Hamael, le indujo un pensamiento crítico y una curiosidad por asuntos prohibidos que no acabó bien para este último. El desgraciado episodio que llevó a su deserción provocó en Anyoel un respeto cerval a la autoridad y un desprecio extremo a los que usaban la violencia como medio para solucionar los problemas; desde entonces ha intentado pasar desapercibido y no desviarse de los dogmas de la Iglesia, pero conserva ciertos escritos hallados en las bóvedas más profundas de la Biblioteca de Praga de los que no quiere desprenderse.

Aunque perfeccionista y tenaz en extremo, Anyoel adolece de ser desgarbado y no muy hábil en sus actividades físicas, lo que se deja notar en su forma de volar y de entrar en combate. Prefiere la vía del pensamiento, pero reconoce que tendrá que mejorar su aspecto físico en el futuro próximo si quiere ser útil a su Compañía cuando se metan en problemas.

ASDRAGIEL
Orden Miguelita


Asdragiel es un joven angel de la orden Miguelita, destinado a liderar las compañías de las que forme parte. Paciente y calmado, es quizá demasiado obsesivo con la organización y puede sacar de quicio al más pintado con su aparente apatía. Pero su don de gentes y su empatía natural hacen que la gente lo vea con buenos ojos y no se sientan ofendidos cuando Asdragiel adquiere un tono de superioridad o de reproche.

Últimamente, Asdragiel ha sentido cosas que él mismo no aprueba, e intenta encontrar en la penitencia la forma de evitar ser tentado por el maligno...


CASTHIEL
Orden Urielita


Como buen Urielita, Casthiel se siente tremendamente a gusto en la naturaleza y sintiendo el viento en la cara mientras vuela a toda velocidad. Es un experto rastreador y se siente extrañamente a gusto cuando interactúa con humanos, por los que siente una curiosidad y una empatía fuera de lo común. En sus tiempos de entrenamiento, no era raro que Casthiel escapara del Himmel para observar a las familias humanas realizar sus actividades diarias, lo que junto con su carácter extermadamente nervioso e impaciente, le valió alguna que otra reprimenda.

A pesar de que siempre ha estado a gusto consigo mismo y con la labor encomendada como Ángel del Señor, en los últimos meses Casthiel ha cambiado de actitud: ciertas visiones y sueños recurrentes acuden a su mente y le hacen dudar de su naturaleza divina. Por supuesto, esto es pecado y es provocado por su materialización como carne en la Tierra, por lo que no se atreve a compartir tal inquietud con nadie.

HAZIEL
Orden Rafaelita


Lo primero que llama la atención de Haziel es su imponente aspecto físico, algo fuera de lugar en un Rafaelita; alto y fuerte, su piel es negra como el ébano y su complexión es recia. Su rostro luce una expresión seria prácticamente siempre, y eso contribuye aún más a que los demás se sientan intimidados en su presencia. Sin embargo, su voz es amable y paciente, y sufre cuando a su alrededor los demás no disfrutan de bienestar. Su intención es preservar la vida ante todo, incluso la de los seres más nimios, y es algo que intentará cumplir a toda costa.

Aunque hay pocos precedentes de ángeles negros éstos no son inexistentes, aunque sí lo suficientemente raros como para que Haziel llame la atención allí donde va, incluso entre los miembros de la Iglesia. Eso, unido a su aspecto físico, provoca miradas y susurros incómodos que, sin embargo, Haziel acepta como normales y pronto desmiente con sus acciones.

KYRIEL
Orden Gabrielita


Kyriel es todo lo que se espera de un Angel de la Muerte, un Gabrielita, y aún más. Es fuerte, rápida, diestra y despiadada. Pero tales dones han provocado en ella también algunos atributos que otros verían como defectos: una confianza excesiva y un orgullo desmedido que hacen que le sea muy difícil plegarse a los deseos, y no digamos ya a las órdenes, de los demás. Pero desea ser un buen Angel del Señor y tratar de contener sus deseos y pensamientos torcidos, y por eso intentará servir lo mejor posible a su Compañía.

No obstante, algo que siempre ha llamado la atención de Kyriel ha sido el hecho de no poder leer ni escribir. Admira y envidia a partes iguales a los Ramielitas por poseer tal privilegio, y aunque sabe que la Iglesia lo prohíbe de forma tajante, no le importaría que algún erudito le enseñara tales artes.

viernes, 6 de septiembre de 2013

La Verdad os hará Libres
[Campaña Substrata]
Temporada 1 - Capítulo 21

Cambio de filas
Tras la reunión con los agentes de la CIA, Thomas expresó su resolución inquebrantable de viajar a Lagos para ayudar a su hermana. A pesar de que Sally, el padre Estepháneos y Hans Haller se opusieron obstinadamente a tal viaje, porque para ellos era evidente que se trataba de una trampa, el apoyo del resto del grupo hizo que finalmente se plegaran a realizar el viaje.

El día siguiente partirían hacia Lagos, dividiéndose en dos grupos cuyos vuelos llegarían con doce horas de diferencia. En el primer vuelo viajaron Thomas, McNulty, Joey y Sally, y al poco de aterrizar en Lagos se hizo evidente que realmente todo aquello se trataba de una trampa. No tardaron en ser capturados por varios tipos de raza negra que mostraron placas de policía pero que para el grupo era evidente que trabajaban para UNSUP. Sally y Jonas cayeron inconscientes por métodos desconocidos y Thomas y Joey fueron conducidos a una furgona negra. Afortunadamente [punto de relato], a Thomas le dio tiempo a marcar el teléfono de su contacto de la CIA Ben Katzowitch en su móvil, y tirarlo a un rincón fuera de la vista.

Katzowitch no tardó en llamar a Gibbons, informándole de la extraña llamada, a la que había contestado y no había obtenido respuesta. De esta manera, puso sobre aviso al segundo grupo, que decidió tomar medidas extra de protección: en lugar de viajar directamente a Lagos, tomarían un vuelo a Nairobi y desde allí otro a la ciudad nigeriana. Tardaron más, pero demostró ser una decisión acertada, pues aunque tuvieron algún pequeño problema con la documentación, finalmente pudieron acceder a Lagos sin más contratiempos. Mientras tanto, Jack llamó por el móvil a Sally y a Jonas, y aunque las voces que contestaron al otro lado de la línea eran las suyas, algo en su tono y en su forma de expresarse convenció al ex-policía de que quienes hablaban no eran en realidad sus compañeros. Colgó rápidamente, con un gesto muy preocupado, e informó a John de sus sospechas. Más adelante, en el segundo vuelo ya de camino a Lagos, Jack tuvo dos sueños extremadamente vívidos que le dejaron con los nervios a flor de piel. El primero fue menos detallado, pero la temática fue la misma: el avión se estrellaba en algún paraje de África junto a un lago y un pequeño bosquecillo; Jack y Estepháneos eran los únicos supervivientes y al salir del avión muchos nativos empezaban a aparecer, corriendo; a continuación, una explosión nuclear lo aniquilaba todo y a todos. Al despertar, Estepháneos y Finnegan se miraron: habían compartido la experiencia onírica, y aquello no les gustó en absoluto.

Mientras el segundo grupo llegaba a Lagos, Jonas, Thomas, Sally y Joey fueron víctimas de los manejos de sus enemigos. Fueron conducidos a un complejo desconocido junto al mar y un puerto militar. McNulty fue sometido a una tortura brutal, durante la que le interrogaron por el paradero de los otros miembros del grupo, pero que resistió bien. En un momento determinado, a Thomas, a los demás y al propio McNulty les inyectaron algo para dejarlos inconscientes. O'Hara tuvo una inconsciencia inquieta, y entre brumas pudo ver sentada en la habitación a su hermana Jennifer, que lo miraba preocupada, y un poco más tarde, a su hermana Jennifer, que reía malignamente, con los ojos negros como el carbón. Tras un período de tiempo indeterminado, Thomas fue forzado a recuperar su consciencia, y al poco, tres mujeres se reunían con él: Dorothy St. James, una mujer desconocida, y su propia hermana Jennifer, con los ojos negros, claramente transformada por lo que sea que aquella gente hacía con sus víctimas. St.James fue muy clara: a la Compañía le gustaría contar con los servicios de Thomas, con su pericia para las inversiones y con su cartera de clientes, entre los que se contaban importantes magnates de Oriente Medio y Europa. El resto del grupo también había demostrado su valía esquivándolos durante todo ese tiempo, y aunque no querían elementos problemáticos, quizá también aceptarían colaborar con ellos. Según le explicó la mujer, el proceso de...transformación, que por ejemplo había sufrido su Jennifer, tenía efectos no deseados en las pericias y conocimientos del sujeto, así que preferían contar con la colaboración voluntaria de Thomas. Por supuesto, O'Hara no estaba dispuesto a colaborar con gente así, pero para hacerle cambiar de opinión, algo se activó en su cabeza y casi le fríe el cerebro. Le habían implantado algo, y como a él, también al resto de sus compañeros, algo que aseguraría su lealtad a la compañía. Enfrentado a aquellos hechos, Thomas no tuvo más remedio que aceptar, claro, y aceptar sinceramente, al menos de momento, hasta que supiera cómo sacarse lo que le habían metido. Dorothy sonrió y le dijo que cuando viera el poder que podía conseguir con ellos, se alegraría de su incorporación. A petición de Thomas, McNulty sería metido en un tanque de rejuvenecimiento y sanaría de las heridas sufridas durante el interrogatorio en cuestión de pocas horas. Además, Jennifer O'Hara sería liberada de su transformación en cuanto fuera posible, pues no era un proceso fácil. Más tarde, cuando McNulty, Joey y Sally se reunieron con Thomas y Dorothy y fueron confrontados con la misma decisión, no tuvieron más remedio que aceptar también, quizá con algo de alivio por parte del irlandés, que tenía menos escrúpulos que los demás a la hora de cambiar de bando. Además, durante la reunión, contaron con la presencia de varios monitores en las paredes a través de los que se podía ver a McPherson, al hermano de Jack, James Finnegan, y a Fred Mullendore, en poder de la Compañía. Thomas demandó que a los tres les fuera borrada la memoria y dejados aparte de los tejemanejes de UNSUP, y Dorothy le prometió encogiéndose de hombros que estaba de acuerdo, aquellos peones no les interesaban lo más mínimo.

Cuando por fin llegaron a un acuerdo, una orden de Dorothy resultó en la activación de un intercomunicador que debían de haber implantado en el oído de Thomas. A través del aparato, pudo oír una voz conocida: la voz de Merten Jund, que les felicitaba por haber aceptado, les dio la bienvenida al "Nuevo Orden Mundial", y les prometió que no se arrepentirían. A continuación, tomó la palabra el propio Bertrand Campbell, para la sorpresa de Thomas, y su suegro también expresó su satisfacción y le dijo que lo que había visto era impresionante y haría que su familia fuera más poderosa de lo que cualquiera podría imaginar. La inquietud de Thomas por tener algo así implantado se hizo evidente, pero mantuvo el tipo lo mejor que pudo.

Mientras tanto, el segundo grupo, compuesto por John, Jack, Estepháneos y Hans Haller, se dividía. Tras recuperar el móvil de O'Hara en el departamento de objetos perdidos del aeropuerto, los dos últimos se alojaron en el hotel Intercontinental, donde la CIA les había reservado habitaciones, y Finnegan y Gibbons alquilaron un coche. Katzowitch les había proporcionado la posición triangulada de los móviles de sus compañeros, y siguiendo la carretera, llegaron a un control militar. Parecía ser que más allá se encontraba un complejo del ejército y un puerto exclusivamente militar. Tras dejar discretamente el coche, la pareja intentó superar el control militar campo a través. Y finalmente lo hicieron, tras sumergirse en alguna ciénaga y exponerse a las picaduras de insectos desconocidos, llegaron a la carretera de nuevo. Pero apenas habían andado unos pasos cuando, para su sorpresa, John recibió una llamada de Thomas. Según dijo éste, tenía muchas cosas que explicarles y no debían arriesgarse, se encontrarían aquella misma noche en el hotel Intercontinental. Aunque John y Jack tuvieron dudas acerca de la veracidad de la llamada, la enormidad del complejo que tenían delante les decidió a ser prudentes, retirarse, esperar a la noche y reunirse con sus compañeros. Pero tomarían precauciones, porque aquello era extremadamente sospechoso. Así que, tras repetir la peripecia de atravesar la marisma, volvieron al hotel para asearse y descansar un poco.

Al llegar la noche, McNulty, Joey y Thomas acudieron al restaurante del hotel. Poco después bajaron Jack y John, dejando a Hans y al padre Kostas en sus habitaciones. Mientras bajaban en el ascensor, Finnegan tuvo una fuerte corazonada de que algo iba a ir mal, así que decidió mantener su arma a mano, amartillada en todo momento. Al sentarse a la mesa, la tensión podía palparse. No obstante, el ambiente se fue relajando a medida que Thomas daba explicaciones sobre lo que había ocurrido. Al finalizar la cena, todos se dirigieron a los ascensores. Y mientras subían, McNulty y Thomas sacaron sendos dispositivos de pequeño tamaño que querían que Jack y John examinaran. Cuando pulsaron los pequeños botones, unos rapidísimos destellos de luz dejaron inconscientes al ex-político y al ex-policía.