Esa misma noche recibieron la visita de los hermanos Lugus felicitándoles por el resultado de su inocencia en el juicio por combate. Además, Naton Lugus parecía muy interesado en las evoluciones de su entrenamiento; sin duda, su visita servía también para estudiar cuán diestros eran con la lanza y la espada. Orten les informó de que Adham Dannett debía de haber sufrido una herida, o que quizá estaba enfermo, pues sus alaridos de sufrimiento inundaban el campamento de Bastión.
En el Cónclave de Maestres se produjeron las primeras intervenciones de los reunidos y la habitual discusión sobre si había que dar por terminado el verano. Berormane recibió el consejo de hablar con el maestre de Bastión de Tormentas, el viejo Morelan; si él no tenía el equipo de laboratorio que necesitaba, no lo tendría nadie. También consiguió otros datos de interés: según le dijeron, el maestre Dorren había viajado durante bastante tiempo por el continente de Essos, y que últimamente se había visto al maestre Willen muy cercano al archimaestre Marwyn; esos tres debían ser los que más conocimientos atesoraban sobre las artes ocultas.
Al abandonar el cónclave, Berormane no pudo evitar escuchar los desgarradores gritos de Adham Dannett, y se dirigió a su pabellón para intentar ayudar. Al principio fue recibido con hostilidad, pero los Dannett finalmente aceptaron su ayuda. No obstante, Berormane no pudo hacer nada que mejorara los cuidados del maestre Ferris y el joven heredero acabó perdiendo la vida. El maestre de los Seabreeze volvió ya de mañana cabizbajo a la posada, y explicó todo el episodio a sus compañeros. Acto seguido, se dirigió a dormir, agotado.
Tras comprobar que Lidda no había hecho aún acto de presencia desde que había dejado plantado a Jeremiah, los Seabreeze compitieron por la mañana en la primera eliminatoria de cetrería, donde Jeremiah cayó eliminado y Ancel consiguió pasar a duras penas a la siguiente eliminatoria. Tras ello, recibieron la visita de varios caballeros y enviados, entre ellos su hermano Jocel, informándoles de la muerte de Adham Dannett.
A mediodía, Berormane despertó y bajó a tomar algo a la sala común del Árbol Verde. Allí se encontró con tres Hermanos Juramentados de la Guardia de la Noche, que sin lugar a dudas debían de ser los mismos de los que le había hablado el viejo Tom en Villasal. Le llamó la atención la daga de obsidiana que uno de ellos llevaba en su talabarte, aunque no era como la que habían encontrado en la habitación; la suya tenía la empuñadura de vidriagón, mientras que la del hombre de negro lucía la hoja de ese material. Aun así, se acercó, interesándose por el origen del arma. Lo único que sacó en claro fue que se la quitó al cadáver de un salvaje más allá del Muro. Tras una breve conversación sobre la labor de reclutamiento de los Hermanos e interesarse por la situación en el norte, se despidieron.
Durante todo el día, los Seabreeze se mostraron cercanos y receptivos a los Estermont, intentando concretar las propuestas de matrimonio que lord Eldon les había sugerido durante la fiesta de bienvenida. Los Tarth también se mostraron muy amables, pero los Seabreeze no se fiaban demasiado de ellos.
Por la noche, tras la siguiente sesión del cónclave, Berormane consiguió hablar con Morelan, que le dirigió a su vez al maese Nullon, el encargado del almacén del castillo. Siguiendo sus indicaciones, Berormane se adentró en el ala oeste de Bastión de Tormentas, recorriendo varios pasillos oscuros que le hicieron perderse más de una vez. En cierta ocasión, pudo ver que bajo una vieja puerta de una remota estancia, se filtraba un hilillo de luz. Al detenerse, creyó oir una risa. Efectivamente, no había duda, era una risita placentera de mujer. Curioso, siguió escuchando, y se quedó helado cuando reconoció la voz de la propia Reina, que suspiraba de placer, mientras mencionaba el nombre de su hermano gemelo Jaime. La certeza de lo que estaba ocurriendo tras la puerta le aceleró el corazón hasta que casi se le salió por la boca, así que se apresuró a alejarse de allí y borrar aquello de su mente. Finalmente, tras un par de extravíos más, dio con maese Nullon, que le proporcionó todo lo que necesitaba para investigar el contenido de la redoma.
En la eliminatoria de cetrería que tuvo lugar la siguiente mañana, Ancel fue eliminado de un plumazo, y Willas Tyrell fue profusamente aplaudido por los fantásticos lances que sus aves proporcionaron al público. Expresiones de decepción se oyeron aquí y allá: los Seabreeze, conocidos en todo Poniente por la calidad de sus halcones, habían caído eliminados a la primera de cambio. Ancel y Jeremiah no pudieron evitar oír cómo algunos de los presentes mencionaban competiciones anteriores donde habían visto a lord Jeron hacer gala de una habilidad suprema y cómo les había decepcionado este año la falta de competencia a los Tyrell.
Por la tarde, en la segunda eliminatoria de la justa, tanto Jeremiah como Breon superaron a sus rivales sin demasiado esfuerzo. Mientras tanto, Ancel aprovechó para hablar con lord Eldon Estermont, sugiriéndole solapadamente que quizá podrían combinarse en un ataque a los Wylde. Lord Eldon no dio una respuesta definitiva, emplazando a Ancel para después del torneo, pero no parecía desagradarle la idea.
De vuelta a la posada, Breon comentó con sus compañeros una reciente conversación que había mantenido con Bryan Telson por la que había acordado que los Seabreeze le ayudarían a recuperar su espada Escorpión. Tal anuncio no fue nada bienvenido por Ancel y Jeremiah, sobre todo por este último, al que no le gustaba que Breon hablara en nombre de todos ellos. Tras esto, no tardó en aparecer Orlanna Shreeve, acompañada de su caballuna hija Aranette. La mujer insistió en el matrimonio de Aranette con Jeremiah. Ante la mención de la magnífica dote que podían pagar, Ancel y lady Madelyne se mostraron más interesados; Jeremiah, horrorizado, no contestó, pero evitó acercarse a la fea muchacha más de lo necesario. A partir de entonces, el menor de los Seabreeze intentaría por todos los medios exhibirse para conseguir otra prometida entre todas las nobles reunidas en Bastión.
Esa noche, Melina convenció una vez más a Breon para que salieran a solas a dar un paseo. Una vez fuera de la posada, se encontraron con dos guardias Raer que al parecer habían estado haciendo señales a la muchacha: informaron de que lord Edgar quería verla cuanto antes. Las reticencias de Breon no fueron nada para el poder de convicción de la muchacha, y volvieron a caminar hasta el pabellón de lord Edgar, que recibió a su hija con un abrazo. El señor de los Raer les informó de su retorno inmediato a Escollera, para reunirse con su mujer y su hijo. Los ojos de Melina se humedecieron para consternación de Breon; quería acompañar a su señor padre para ver a su familia de nuevo. Breon se conmovió, pero aquello era más de lo que estaba dispuesto a arriesgar; no podía permitirlo. Melina lloró, gritó, susurró y sonrió intentando que su padre ignorara a Breon y la llevara con él. Al principio, lord Edgar sugirió a Breon que dejara a los Seabreeze y lo sirviera a él, pero pronto desechó la idea; después, sus guardias sacaron las armas con la intención de hacer prisionero a Breon, pero lord Raer pronto abandonó también esa idea, entrando en razón. Cualquiera de aquellas ideas derivaría en un conflicto con los Seabreeze y no lo deseaba, así que se sobrepuso a la pataleta de Melina y la envió de vuelta a la posada con ser Breon, después de despedirse y encomendar al caballero que cuidara bien de ella. Breon quedó gratamente impresionado con el carácter y actitud de lord Edgar, y le prometió que protegería a su hija de todo mal. Acto seguido, volvieron a la posada entre los rezongos de la muchacha. Por suerte, su ausencia volvió a pasar desapercibida.
La mañana siguiente recibieron la visita de ser Meryn Tudbury, su tío. Traía un mensaje que había llegado con un cuervo desde Caparazón Recio. Al parecer, cerca del castillo su primo Stevron había encontrado un niño que decía ser superviviente de la masacre de una de las aldeas Dannett y que vio lo que pasó. Sin dilación, los Seabreeze enviaron uno de sus Cuervos a Stevron Tudbury para que enviara al niño a Bastión de Tormentas acompañado de varios guardias.
Por la tarde, tuvo lugar la tercera eliminatoria. Jeremiah se enfrentó a ser William Rykker, y aunque tras las tres lanzas ambos siguieron a lomos de sus caballos, lord Renly dio como vencedor a ser William, acabando con el sueño de Jeremiah de ganar la justa. Breon, por su parte, se enfrentó a ser Estor Ryger y al igual que había ocurrido con Jeremiah, ninguno de los dos fue descabalgado tras la tercera lanza; no obstante, dos fuertes impactos de Breon sobre la coraza de su contrincante le valieron la decisión positiva de lord Renly, quedando como único representante Seabreeze en la competición.
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