La refriega estalló, dura y violenta. Breon y Jeremiah decidieron abandonar a los Halcones para luchar más libremente, y probó ser la decisión correcta, pues libres de las ataduras de luchar en filas cerradas y con una destreza por pocos igualada, llevaron la muerte a decenas de enemigos. Mientras la guardia de Halcones retenía a los Cuervos de la Tormenta, los caballeros, arropados por algunos soldados, se encargaban de romper a las tropas Wylde, atacadas también por el flanco por la infantería Raer que llegaba desde el sur. Una vez rotos los Raer, los Cuervos no fueron rival para las tropas combinadas, y a pesar de que pasado un tiempo la unidad de Segundos Hijos establecida más al Norte cargó contra la guardia de Halcones y ofreció una resistencia tenaz, las tropas Seabreeze se alzaron con la victoria haciendo huir a todos sus enemigos. Sin perder tiempo, mientras la guardia Raer acababa con los últimos conatos de resistencia, dirigieron a la guardia de Halcones hasta el puerto, donde el destacamento de Segundos Hijos asentado allí se rindió sin oposición. Por desgracia, las pocas galeras Wylde y Tarth que quedaban en el puerto pudieron escapar.
Una vez pacificada la isla, Ancel se dirigió a los habitantes de Quiebramar, la guarnición y los sirvientes. La inmensa mayoría acabó vitoreándoles a él y a su hermano, espoleados por sus ardientes palabras. El ídolo del León de la Noche no había sido bien recibido en general en el castillo, y eso ayudó a que la gente aceptara a Ancel como su nuevo líder. Habría excepciones, por supuesto, pero no eran su principal preocupación en ese momento.
La segunda noche desde su llegada a la isla llegó al castillo un cuervo procedente de Escollera. Traía algunas palabras atropelladas que hacían referencia a "luces extrañas en el bosque" y "cánticos ominosos traídos por el viento". Lord Edgar estaba muy preocupado por si lord Jeron había llevado consigo brujos provenientes del este.
A las pocas horas llegó otro cuervo procedente de Bastión de Tormentas, con un mensaje firmado por lord Renly Baratheon. El tono del mensaje era airado, e instaba a ser informado de lo que ocurrió en tierras de los Seabreeze, haciendo referencia a ciertos rumores difíciles de creer que habían llegado a sus oídos. El grupo acordó hacer oídos sordos de momento, como si el mensaje nunca hubiera llegado a su destino.
Por otro lado, Vanna y Berormane interrogaron al prisionero ser William Wylde acerca del extraño consejero del que se hacía acompañar lord Jeron últimamente, el tal Meiwo Liu. El mayordomo Dameron había sido quien les había revelado el nombre y los hábitos extraños del extranjero. Duante la jornada de interrogatorios, Ser William no dio su brazo a torcer y sólo les informó de vaguedades que ya conocían.
Durante las horas siguientes, Ancel se entrevistó con Breon mientras éste se encontraba reposando para sanar las heridas que había sufrido en combate. Durante la batalla contra los mercenarios a las puertas de Quiebramar, el heredero Seabreeze había oído a Garrett gritar unas palabras que le habían llamado la atención: "¡Toyne! ¡Bosque Real!". Versado en la historia de las casas de Poniente, Ancel conocía la historia de la casa Toyne, y le extrañó tal increpación. Breon puso cara de circunstancias y sostuvo que no sabía por qué Garrett había gritado tal cosa. Aunque Ancel no creyó que el caballero fuera totalmente ignorante sobre el tema, prefirió dejarlo para mejor ocasión.
Jana Alyr se alegró mucho al verlos aparecer por la posada. Les informó de todo lo que había sucedido hasta entonces, y les llamó la atención una cosa en especial: al parecer, lord Jeron se había llevado consigo a la isla de los Raer a todo muchacho retrasado o loco que había podido encontrar; una media docena de niños y adolescentes en total. Vanna se estremeció, recordando algún ritual de su pasado en el que era necesario sacrificar a niños de tales características, pero sin encontrar en sus recuerdos nada exacto.
El amanecer del tercer día, los vigías de la Torre de las Gaviotas informaron de que una pequeña flota de cinco naves se acercaba desde el norte. Berormane extendió su lente myriense y pudo ver su blasón: un barco con una cebolla en su vela. El emblema de Ser Davos Seaworth. Preguntándose si debía sentir alegría o preocupación, el maestre vio por casualidad dos figuras erguidas en la proa del barco del caballero de la cebolla: dos figuras ataviadas con sendas túnicas rojas que parecían mirar directamente hacia él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario