Antes de recurrir al viaje a Canadá, decidieron investigar todo lo posible en Burdeos y haciendo uso de los contactos de Tomaso, que les proporcionaron un par de placas de policía y un cerrajero, pudieron entrar al apartamento de Pierre Nicholas.
En el interior del apartamento todas las luces estaban encendidas, incluso sin haber nadie en casa. Había muy pocos muebles y pocas sombras en general. Después de una búsqueda muy larga, consiguieron encontrar una llave en el forro del fondo del único sillón del salón; pasarían las siguientes horas investigando qué podía abrir aquella llave.
Mientras tanto, aprovecharon para entrevistarse con los propietarios de los despachos anexos al despacho del profesor Nicholas, pero estos no pudieron proporcionar ninguna información relevante. Pierre Lesnes ofreció por su parte una alternativa: sus poderes le podrían permitir soñar con una posible solución al problema de Derek. El único problema era que necesitaría tres días para poder obtener la carga necesaria para poder llevar a cabo el ritual. Eso daría algo más de tiempo al grupo para poder investigar.
Patrick avisó a la CCSA de la desaparición de Derek, y Sigrid informó a Anne Rush.
Cuando un cerrajero les informó de que la llave que habían encontrado en el apartamento del profesor era sin duda de una caja de caudales, volvieron allí. Y efectivamente, después de otra larga búsqueda, encontraron la susodicha caja en el doble fondo de un armario empotrado. En el interior de la caja había sobre todo fotos. Fotos del profesor en Canadá junto al doctor Abornaz Hawk y otra gente en actitudes dispares, y fotos del monolito que el grupo ya conocía bien; las fotos del monolito estaban en su mayoría borrosas o desenfocadas. Se les pusieron los pelos de punta cuando se dieron cuenta de algo: en una de las fotos donde Nicholas aparecía con Abornaz y otros tres nativos americanos, un pequeño punto negro empezó a expandirse. Nunca lo vieron cambiar, pero entre un vistazo y otro de la foto, el punto cada vez parecía ser un poco más grande y formar una especie de sombra humanoide que se acercaba hacia el primer plano, hacia el profesor Nicholas.
Patrick decidió llamar al hijo de Abornaz para que intentara hablar con él, le mencionara las fotos e intentara sonsacarle alguna pista sobre lo que estaba ocurriendo. El día siguiente, el doctor Hawk hijo les llamó para decirles que efectivamente había hablado con su padre, y que este solamente había dicho cosas sin sentido; pero había hablado por primera vez en mucho tiempo y que entre otras cosas había dicho algo así como: "están buscando a Pierre", "deben impedir que vaya a buscarla", "ya no está con nosotros" o "nunca debió haber salido de su vida".
En la caja fuerte también encontraron varios manuscritos escritos en francés, que Sigrid y Esther tuvieron que estudiar con Pierre. Tras leer un montón de cosas que no parecían tener sentido y que eran bastante inconexas, al fin comprendieron: parecían recuerdos de distintas vidas, pero casi con seguridad vividas por la misma persona: Pierre Nicholas. Según decía en uno de los manuscritos, debía escribir todo aquello para evitar olvidarlo, como inevitablemente iba a pasar.
También encontraron una carta de Abornaz, en la que informaba a Pierre que "las protecciones no eran tan efectivas como habían pensado", pero que "afortunadamente reducían la entropía".
La última cosa que encontraron en la caja fue un pequeño tetraedro negro algo irregular. Cuando Tomaso lo cogió, cayó inconsciente inmediatamente. Afortunadamente, el temor por su vida fue fugaz porque enseguida se dieron cuenta de que respiraba con normalidad y su corazón seguía latiendo. Patrick guardó con extremo cuidado la piedra en una caja, sospechando que su verdadero origen era análogo al del monolito de Quebec.
Tras varios días y una vez recuperado Tomaso, los pelos de Patrick se erizaron cuando se dio cuenta de que en una de las fotos del monolito que previamente habían estado borrosas, se había empezado a formar un rostro a base de manchas en la imagen; todos coincidieron en que la faz que se estaba dibujando era la de Derek, pero envejecida por unos años. Se miraron preocupados.
Finalmente, Pierre Lesnes hizo uso de sus capacidades de Magia Posmoderna para inspirar su sueño. Por la mañana pudo relatar al grupo lo que recordaba: un vikingo rojo, Patrick sosteniendo el tetraedro y al grupo al completo en la mansión. El vikingo rojo era sin duda una referencia al Polvo de Dios (ya que Robert lo utilizaba en sus distribuciones; por otro lado, qué casualidad que se correspondiera con el líder de los vikingos que habían llegado a Canadá), y el resto de visiones eran bastante evidentes, más de lo que Pierre habría creído posibles.
Las revelaciones del oniromante lo cambiaban todo. Si rescatar a Derek requería hacer uso del Polvo de Dios, lo que necesitarían es restaurar el suministro de komerievo que Robert recibía desde Rusia. Y siguiendo las indicaciones del empresario, lo primero que deberían hacer era viajar a Tel Aviv para contactar con Judith Steiner, la única persona que Robert conocía que podría darles alguna información sobre Georg Lazarev. Por la forma en que Robert hablaba de Judith, no pudieron evitar notar que sentía algo por ella.
Informaron de todo a Anne Rush y esta no pudo por menos que darles el visto bueno para el viaje, y además les financiaría la mitad de todo. Hablaron también con Dulce (que llamó a Patrick al no poderse hacer con Derek) sobre la desaparición del director de la CCSA y la necesidad que tenían de ayudarle, y la portuguesa, mostrándose preocupada, preguntó si podría ayudar en algo; Patrick respondió negativamente, y ella se ofreció a estar disponible si la necesitaban en algún momento... parecía sincera... ¿o no? Con Dulce era siempre difícil estar seguro. También informaron a Christine, la encargada de la CCSA en ausencia de Derek, esta vez con un poco más de detalle sobre dónde podrían encontrarlos.
El viaje a Tel Aviv fue rápido y sin incidencias, y una vez allí lo primero que hicieron fue seguir discretamente a Judith durante un día entero para asegurarse de que nadie la seguía o los esperaba a ellos. Lo que realmente preocupó al grupo fue que Judith resultó ser bioquímica y que trabajaba en un laboratorio llamado BioGenser. Y el laboratorio era propiedad de una empresa llamada Innovative Projekte, participada por un holding franco-ruso-alemán-polaco-israelí controlado por UNSUP. Este descubrimiento los llenó de dudas respecto a la israelí, por lo que decidieron ser extremadamente cuidadosos. La siguieron a su trabajo, a su domicilio y a varios sitios más hasta que finalmente, decidieron abordarle en un centro comercial. Patrick consiguió distraer al hombre que la acompañaba (presuntamente su pareja), y Robert se encontró con ella. No le dio tiempo a decir demasiado, porque Judith miró disimuladamente a su alrededor y enseguida le advirtió que no era seguro que hablaran allí; se intercambiaron los números de teléfono discretamente y a los pocos minutos, Judith le pasaba un punto de encuentro en un centro comercial del centro de Tel Aviv.
Mientras tanto, Derek continuaba viviendo, acumulando recuerdos y cayendo cada vez más en el trauma de la pérdida...
En el interior del apartamento todas las luces estaban encendidas, incluso sin haber nadie en casa. Había muy pocos muebles y pocas sombras en general. Después de una búsqueda muy larga, consiguieron encontrar una llave en el forro del fondo del único sillón del salón; pasarían las siguientes horas investigando qué podía abrir aquella llave.
Mientras tanto, aprovecharon para entrevistarse con los propietarios de los despachos anexos al despacho del profesor Nicholas, pero estos no pudieron proporcionar ninguna información relevante. Pierre Lesnes ofreció por su parte una alternativa: sus poderes le podrían permitir soñar con una posible solución al problema de Derek. El único problema era que necesitaría tres días para poder obtener la carga necesaria para poder llevar a cabo el ritual. Eso daría algo más de tiempo al grupo para poder investigar.
Patrick avisó a la CCSA de la desaparición de Derek, y Sigrid informó a Anne Rush.
Cuando un cerrajero les informó de que la llave que habían encontrado en el apartamento del profesor era sin duda de una caja de caudales, volvieron allí. Y efectivamente, después de otra larga búsqueda, encontraron la susodicha caja en el doble fondo de un armario empotrado. En el interior de la caja había sobre todo fotos. Fotos del profesor en Canadá junto al doctor Abornaz Hawk y otra gente en actitudes dispares, y fotos del monolito que el grupo ya conocía bien; las fotos del monolito estaban en su mayoría borrosas o desenfocadas. Se les pusieron los pelos de punta cuando se dieron cuenta de algo: en una de las fotos donde Nicholas aparecía con Abornaz y otros tres nativos americanos, un pequeño punto negro empezó a expandirse. Nunca lo vieron cambiar, pero entre un vistazo y otro de la foto, el punto cada vez parecía ser un poco más grande y formar una especie de sombra humanoide que se acercaba hacia el primer plano, hacia el profesor Nicholas.
Patrick decidió llamar al hijo de Abornaz para que intentara hablar con él, le mencionara las fotos e intentara sonsacarle alguna pista sobre lo que estaba ocurriendo. El día siguiente, el doctor Hawk hijo les llamó para decirles que efectivamente había hablado con su padre, y que este solamente había dicho cosas sin sentido; pero había hablado por primera vez en mucho tiempo y que entre otras cosas había dicho algo así como: "están buscando a Pierre", "deben impedir que vaya a buscarla", "ya no está con nosotros" o "nunca debió haber salido de su vida".
En la caja fuerte también encontraron varios manuscritos escritos en francés, que Sigrid y Esther tuvieron que estudiar con Pierre. Tras leer un montón de cosas que no parecían tener sentido y que eran bastante inconexas, al fin comprendieron: parecían recuerdos de distintas vidas, pero casi con seguridad vividas por la misma persona: Pierre Nicholas. Según decía en uno de los manuscritos, debía escribir todo aquello para evitar olvidarlo, como inevitablemente iba a pasar.
También encontraron una carta de Abornaz, en la que informaba a Pierre que "las protecciones no eran tan efectivas como habían pensado", pero que "afortunadamente reducían la entropía".
La última cosa que encontraron en la caja fue un pequeño tetraedro negro algo irregular. Cuando Tomaso lo cogió, cayó inconsciente inmediatamente. Afortunadamente, el temor por su vida fue fugaz porque enseguida se dieron cuenta de que respiraba con normalidad y su corazón seguía latiendo. Patrick guardó con extremo cuidado la piedra en una caja, sospechando que su verdadero origen era análogo al del monolito de Quebec.
Tras varios días y una vez recuperado Tomaso, los pelos de Patrick se erizaron cuando se dio cuenta de que en una de las fotos del monolito que previamente habían estado borrosas, se había empezado a formar un rostro a base de manchas en la imagen; todos coincidieron en que la faz que se estaba dibujando era la de Derek, pero envejecida por unos años. Se miraron preocupados.
Finalmente, Pierre Lesnes hizo uso de sus capacidades de Magia Posmoderna para inspirar su sueño. Por la mañana pudo relatar al grupo lo que recordaba: un vikingo rojo, Patrick sosteniendo el tetraedro y al grupo al completo en la mansión. El vikingo rojo era sin duda una referencia al Polvo de Dios (ya que Robert lo utilizaba en sus distribuciones; por otro lado, qué casualidad que se correspondiera con el líder de los vikingos que habían llegado a Canadá), y el resto de visiones eran bastante evidentes, más de lo que Pierre habría creído posibles.
Las revelaciones del oniromante lo cambiaban todo. Si rescatar a Derek requería hacer uso del Polvo de Dios, lo que necesitarían es restaurar el suministro de komerievo que Robert recibía desde Rusia. Y siguiendo las indicaciones del empresario, lo primero que deberían hacer era viajar a Tel Aviv para contactar con Judith Steiner, la única persona que Robert conocía que podría darles alguna información sobre Georg Lazarev. Por la forma en que Robert hablaba de Judith, no pudieron evitar notar que sentía algo por ella.
Informaron de todo a Anne Rush y esta no pudo por menos que darles el visto bueno para el viaje, y además les financiaría la mitad de todo. Hablaron también con Dulce (que llamó a Patrick al no poderse hacer con Derek) sobre la desaparición del director de la CCSA y la necesidad que tenían de ayudarle, y la portuguesa, mostrándose preocupada, preguntó si podría ayudar en algo; Patrick respondió negativamente, y ella se ofreció a estar disponible si la necesitaban en algún momento... parecía sincera... ¿o no? Con Dulce era siempre difícil estar seguro. También informaron a Christine, la encargada de la CCSA en ausencia de Derek, esta vez con un poco más de detalle sobre dónde podrían encontrarlos.
El viaje a Tel Aviv fue rápido y sin incidencias, y una vez allí lo primero que hicieron fue seguir discretamente a Judith durante un día entero para asegurarse de que nadie la seguía o los esperaba a ellos. Lo que realmente preocupó al grupo fue que Judith resultó ser bioquímica y que trabajaba en un laboratorio llamado BioGenser. Y el laboratorio era propiedad de una empresa llamada Innovative Projekte, participada por un holding franco-ruso-alemán-polaco-israelí controlado por UNSUP. Este descubrimiento los llenó de dudas respecto a la israelí, por lo que decidieron ser extremadamente cuidadosos. La siguieron a su trabajo, a su domicilio y a varios sitios más hasta que finalmente, decidieron abordarle en un centro comercial. Patrick consiguió distraer al hombre que la acompañaba (presuntamente su pareja), y Robert se encontró con ella. No le dio tiempo a decir demasiado, porque Judith miró disimuladamente a su alrededor y enseguida le advirtió que no era seguro que hablaran allí; se intercambiaron los números de teléfono discretamente y a los pocos minutos, Judith le pasaba un punto de encuentro en un centro comercial del centro de Tel Aviv.
Mientras tanto, Derek continuaba viviendo, acumulando recuerdos y cayendo cada vez más en el trauma de la pérdida...