Translate

Publicaciones

La Santa Trinidad

La Santa Trinidad fue una campaña de rol jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia entre los años 2000 y 2012. Este libro reúne en 514 páginas pseudonoveladas los resúmenes de las trepidantes sesiones de juego de las dos últimas temporadas.

Los Seabreeze
Una campaña de CdHyF

"Los Seabreeze" es la crónica de la campaña de rol del mismo nombre jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia. Reúne en 176 páginas pseudonoveladas los avatares de la Casa Seabreeze, situada en una pequeña isla del Mar de las Tormentas y destinada a la consecución de grandes logros.

lunes, 23 de enero de 2012

Los Seabreeze - Campaña Canción de Hielo y Fuego Temporada 1 Capítulo 1

Quiebramar. Voredin Ryth.

El Bastión de Quiebramar
Amanecía un nuevo día en Quiebramar. Ser Jeremiah Seabreeze y su gran amigo ser Breon de Rocagrís atravesaban el puerto, cada día más grande y más bullicioso, entre los gritos de los capitanes a sus marineros, de los comerciantes a los estibadores, envueltos de olor a pescado y a especias, del ruido de los barriles que se cargaban y descargaban, de los mástiles tensados por las velas y de las anclas que se levaban y se lanzaban, de pilluelos que se buscaban la vida lo mejor que podían y de prostitutas que ofrecían sus servicios a los recién llegados. En verdad el puerto estaba trayendo la prosperidad a Quiebramar. Aunque con la prosperidad llegaban también cosas menos deseables, como lo atestiguaba por ejemplo el chiquillo que pasó corriendo a su lado mientras era perseguido por los guardias de algún comerciante de poca monta. Y casi todos ellos se inclinaban respetuosamente al paso de los dos caballeros, uno de ellos hijo del propio lord Seabreeze.

Por fin, Jeremiah vio lo que habían ido a buscar: el Orgullo del Mar se encontraba varado en el último malecón del puerto. Más allá se veían un par de muelles a medio construir. «Acabamos de construir éste y ya se nos está quedando pequeño», pensó. «espero que Khoros esté al tanto». Reman Khoros era el administrador del puerto, un antiguo capitán mercante que había tenido la amplitud de miras de proponer la creación del puerto en la Ensenada de los Filos. Él y Ancel, el hermano mayor de Jeremiah y heredero de Quiebramar, habían invertido mucho tiempo y dinero en levantar aquello, pero sin duda había merecido la pena. Y Jeremiah también estaba saliendo beneficiado, pues el puerto había facilitado su trato con el comerciante braavosi Voredin Ryth. Éste le pagaba una comisión por las especias que vendía en Quiebramar que no estaba nada mal. La nave de Ryth, Orgullo del Mar era un navío ancho pero a la vez ligero, una típica embarcación mercante braavosi de velas verdes y buena tripulación. El hombre, gordo y sonriente, con una perilla bien recortada y untada donde asomaban ya las primeras canas, no tardó en salir a recibirles, después de reñir a uno de los mozos por no tratar con cuidado su mercancía. Ryth conservaba un ligero acento braavosi que hacía que arrastrara las "s" con un sonido silbante muy característico. Tras saludarse, el comerciante invitó a los caballeros a acompañarle a El Halcón Plateado, la única posada de Quiebramar, para hablar de negocios. Breon suspiró al pensar en la posada: ésta era regentada por Jana Alyr, una mujer por la que media isla suspiraba en secreto -y no tan en secreto-; y Breon no era una excepción. Por desgracia, aunque los rumores decían que había tenido (y tenía) innumerables amantes, Jana no parecía interesada en ningún romance, y jamás se le había conocido pareja estable. Pero era arrebatadora, y Breon tenía la sensación de que a él le dispensaba un trato especial.

Llegaron a la posada, donde fueron recibidos personalmente por Jana, un honor al alcance de muy pocos. Las muchachas que servían copas y comida iban de aquí para allá, atareadas en extremo. «Pronto hará falta otra posada en Quiebramar para poder cubrir tal demanda, o al menos otra taberna». Nada más sentarse, Ryth puso una bolsa de cuero encima de la mesa: el dinero mensual del acuerdo con Jeremiah. Según él, contenía 20 dragones de oro, una cantidad considerable. Había sido un buen mes. Breon, por su parte, sólo tenía ojos para Jana, e intentó seducirla por enésima vez. Como siempre, parecía que la llevaba al borde del interés, pero ella siempre se las arreglaba para esquivarlo en el último momento. Estaba seguro de que acabaría volviéndolo loco, pero le gustaba esa sensación. Lo que no le agradaba tanto era que otros clientes intentaran seducirla también, y su ceño se fue haciendo más pronunciado mientras Jana atendía otras mesas. Entre Voredin y Jeremiah se había entablado una conversación interesante: el comerciante había comentado al caballero que se había enterado del compromiso de su hermano con la dama Fell, y si por alguna casualidad se celebraba una fiesta de compromiso, estaría interesado en asistir; por supuesto, también le gustaría asistir a la boda. Jeremiah vio la ocasión de ampliar sus contactos con los amigos del braavosi, e intentó que éste se comprometiera a introducirlo en sus círculos a cambio de su asistencia a la boda, pero no tuvo demasiado éxito. Prometió a Voredin que hablaría a su hermano en su favor.

Jana Alyr
Mientras tanto, en el castillo, Ancel Seabreeze paseaba por las sombrías y húmedas estancias junto a su madre, Madelyne. Hacía pocos días que el muchacho se había comprometido con Elora Fell, la hija de lord Harwood Fell, de Fellwood, y mientras observaban a la guardia de Halcones realizar sus ejercicios en el patio de armas al mando del capitán Loren Ashur, Madelyne sugirió a su primogénito que no estaría de más dar una fiesta de compromiso invitando al máximo número posible de Señores de la Tormenta. Ancel recibió la idea con entusiasmo. Sería necesario anunciarlo rápidamente, pues los rumores de su compromiso debían de haberse iniciado ya. Sin embargo, había un problema: tal fiesta sería cara en extremo, y tendría que conseguir la financiación necesaria si quería que su casa comenzara a adquirir el prestigio que se merecía. Tras despedirse de su madre, Ancel se reunió con el maestre Berormane. Entre ambos calcularon el dispendio y decidieron, aun a riesgo de ganarse algunas enemistades, no invitar a más de veinte casas nobles. Aun así, haría falta una cantidad elevada de dinero, unos 200 dragones de oro.

De vuelta en la posada, mientras Jeremiah y Voredin departían, Breon se fijó por pura casualidad en que tres individuos de baja estofa y mala catadura miraban hacia su mesa. Fijándose un poco más, pudo darse cuenta de que en realidad a quien miraban -con algo de encono- era a Voredin Ryth. Breon se acercó a ellos, seguido por Jeremiah, y ambos les dejaron claro que no iban a tolerar ningún problema en Quiebramar. Los extranjeros, intimidados, bajaron la mirada y mostraron sumisión; a los pocos minutos salieron. Cuando Breon y Jeremiah se despidieron de Voredin -que se iba a alojar en la posada- y se disponían a volver al castillo, se apercibieron de que los individuos estaban reunidos en el callejón anexo al edificio. Jeremiah aprovechó para darles otro toque de atención, pero aun así, los caballeros no se quedaron tranquilos.

Ya en el castillo, Jeremiah y Ancel se encontraron, y el primero comentó el interés del comerciante Voredin Ryth por asistir al compromiso y la boda. Ancel vio entonces la oportunidad de conseguir algo de financiación, así que envió a un sirviente para convocar a Ryth al castillo al día siguiente, para tratar "asuntos de interés común". Jeremiah aprovechó el tiempo que quedaba antes de la cena para visitar a su padre, postrado en su lecho. Como casi siempre, la conversación derivó en un monólogo de lord Jeron acerca de sus hazañas durante la Rebelión de Robert. Ancel mantuvo una breve conversación con su madre acerca de la financiación, y ésta le sugirió que podrían hablar con su familia, los Tudbury; quizá podrían prestarles algo. Tras esto, Ancel intentó que su padre lo recibiera, pero Loren Ashur le informó de que el señor se encontraba cansado y no quería ver a nadie más hasta el día siguiente; mordiéndose la lengua, Ancel se retiró.

En el salón comedor se reunieron para la cena Ancel, Jeremiah, Breon -todavía con Jana Alyr ocupando su mente-, el maestre Berormane, lady Madelyne, la hermana pequeña de los Seabreeze, Megara, la pupila Melina Raer, y Vanna Ashur. La conversación discurrió en terrenos pantanosos, pues Megara estaba enfadada con su hermano Ancel desde el desplante que le había dado a Melina, y ésta se mostraba taciturna y triste. Nada más terminar la cena, Breon partió de nuevo hacia la posada junto a su fiel acompañante, Garrett de Bosqueoscuro. Tenía unas ganas irresistibles de ver a Jana, y además quería asegurarse de que no había problemas con Ryth. En la posada tomó asiento mientras se fijaba en que dos de los individuos que los habían estado observando esa tarde estaban sentados cerca. Pronto entró de nuevo en el juego de seducción de la posadera, pero nuevamente se le escurría entre los dedos, como si estuviera hecha de oro líquido. La sonrisa en la cara de Garrett era burlona y evidente.

—Olvídate de ella, Breon —dijo el viejo cazador—. Es evidente que ya ha jugado a este juego incontables veces.

Algunos de los parroquianos cercanos empezaron a bromear con la situación del caballero, para el disgusto de éste, que les increpó. Un poco achispado ya, gritó si sabían con quién estaban hablando, si querían retar a alguien que había cortado la cabeza de un león salvaje. Pronto los presentes quisieron saber más de la historia de Breon, y éste la contó sin escatimar detalles. El resultado fue que al cabo de un rato, toda la posada coreaba impresionada el nombre de "Ser Breon el Mataleones", y brindaban por él. Por supuesto, con algún comentario referente a su falta de pericia en la caza de mujeres, al contrario que le sucedía con los leones. Mientras alzaba su copa hacia la pequeña multitud que le coreaba, Breon se fijó en que los individuos de la mesa habían desaparecido. Dejó la bebida y salió corriendo hacia el callejón, desde donde Garrett y él pudieron ver a uno de los extranjeros entrando por una ventana del primer piso. Breon dejó a Garrett vigilando para que nadie escapara por allí y subió a toda prisa a la habitación de Voredin Ryth. Allí se encontró con una violenta situación: los dos matones de Voredin habían sido asesinados por tres individuos que ahora amenazaban al gordo comerciante. Éste se encontraba apretujado contra la pared de su cama, intentando alejarse de los individuos que le amenazaban. Los pobres diablos no tenían ninguna oportunidad contra un caballero bien entrenado. El último de ellos consiguió coger a Ryth y amenazarlo con una daga, mientras le decía a Breon que "lo único que queremos es que nos pague lo que nos debe". Cuando el individuo intentó escapar, Breon acabó con él. Ryth se lo agradeció dándole encarecidamente las gracias y cinco dragones de oro. Cuando Breon le preguntó de qué conocía a esos tipos, el comerciante no acertó a contestar; trataba con mucha gente y no los recordaba de nada. Varios parroquianos se habían congregado en la puerta y al ver la escena comenzaron a propagar los rumores de lo peligroso que era el tal "Ser Breon, el mataleones y amigo de los Seabreeze".

Con la satisfacción del deber cumplido y dejando a Ryth con una nueva remesa de guardias, Breon volvió al castillo, un poco mareado por el vino. Allí se lo contó todo a Jeremiah, que a su vez se lo contó todo a su hermano por la mañana, poco antes de que Voredin Ryth hiciera acto de presencia. Se reunieron en los aposentos de Ancel, Jeremiah, Voredin Ryth y el propio Ancel, junto al maestre Berormane. Ryth le comentó a Ancel que estaba interesado en asistir a la boda y a la posible fiesta de compromiso, y el primogénito Seabreeze aprovechó para comentarle sus necesidades financieras. Pidió un préstamo de quinientos dragones de oro, cosa que desató una risita del braavosi. Éste ofreció veinte dragones de oro. Ancel se sintió insultado por tan baja oferta, pero no pudo hacer que el comerciante la subiera. No obstante, llegados a cierto punto de la conversación, Ryth preguntó a Ancel si podría ver a su hermana. La sugerencia ofendió a los Seabreeze. Cuando Ancel dudó y calibró la posibilidad de presentar a Megara y Ryth, Jeremiah expresó de malos modos su desacuerdo. No quería que de ningún modo se comerciara con su hermana, su honor se lo impedía. Ancel, molesto, poco menos que echó a su hermano de la estancia.

Desechada momentáneamente la idea de jugar con un posible enlace entre Megara y Ryth, Ancel preguntó solapadamente si el braavosi podría presentarle a otra gente que estuviera a dispuesta a sufragar sus gastos. Ryth respondió que sí, pero implicaba un riesgo y Ancel debía de tener claro hasta dónde quería llegar. Aludía claramente a que aquellos que podían ayudarle se dedicaban a maniobras ilegales, pero no sabía de qué tipo. Ancel contestó que tendría que pensarlo, con lo que se dio la conversación por terminada.

Tras la marcha de Ryth, más tarde esa misma mañana, el maestre Berormane se encontró con Ancel: acababa de llegar un cuervo procedente de Bastión de Tormentas con un mensaje del propio lord Renly Baratheon. Rezaba así:


A las casas nobles de Poniente:
Saludos en nombre del rey Robert Baratheon.
El hermano de su Majestad, lord Renly Baratheon, convoca un torneo que será celebrado en honor de los quince años del benigno reinado de su hermano.
El torneo se celebrará en los campos de justas de Bastión de Tormentas en el plazo de 30 días desde el día primero del presente mes.
Todos los vasallos de la Corona están invitados a participar y a honrar sus nombres.

Sin duda, ésta era la oportunidad que esperaba Jeremiah y, por extensión, toda la casa Seabreeze para ganar gloria y renombre. A sugerencia de ser Goran y de su madre, Jeremiah iba a necesitar un caballo de mejor planta, una armadura y un escudero. Como de todos modos tendrían que visitar las tierras de los Tudbury para ver si les podían prestar algo de dinero, Madelyne también sugirió que quizá allí podrían encontrar un escudero adecuado para Jeremiah.

Sin dilación, comenzaron a preparar el viaje al continente, a las tierras de los Tudbury y a Bastión de Tormentas, donde tratarían de conseguir todos los pertrechos necesarios para Jeremiah y, en la medida de lo posible, también para Breon, antes del torneo.

2 comentarios:

YerayNG dijo...

Interesante crónica. Hacía tiempo que quería leer alguna de este blog, que tantas veces he visto de pasada, pero viendo taaaantos episodios y capítulos de vuestras aventuras, daba un poco de pereza, espero seguir esta.

La aventura parece muy en la línea de Canción de Hielo y Fuego, con muchos personajes, cada uno de ellos con su personalidad, su trasfondo, su historia, deseando leer la siguiente crónica.

Jose dijo...

Gracias, YerayNG. Me alegra saber que hay lectores que disfrutan con los resúmenes de nuestras campañas.

Espero poder mantener estable la frecuencia de juego quincenal en esta campaña, así que, como dicen los americanos... stay tuned! :)

Un saludo.