Los Seabreeze: lord Jeron, lady Madelyne, Ancel, Jeremiah, Breon de Rocagrís, Berormane, Megara y Melina Raer |
Al atardecer, Jeremiah subió a los aposentos de su padre para informarle de las nuevas acerca del torneo que se iba a celebrar en Bastión de Tormentas. Lord Jeron intentó que la tristeza no se reflejara en su rostro, pero no tuvo éxito. Añoraba la acción y los torneos, y su maldita parálisis le impedía acudir. Dio su bendición a su hijo, instándole a que dejara bien alto el pabellón de los Seabreeze ante lord Renly y su majestad. Y también le recomendó que enviara por delante a Lond, el amo de cuadras, a Bastión de Tormentas para que le eligiera un buen destrero para el torneo. Así lo hizo Jeremiah, enviándolo acompañado de tres guardias halcones.
Ancel y el maestre Berormane se plantearon alquilar pasaje en un barco mercante, quizá en el de Voredin Ryth, pero ante los precios y los inconvenientes de espacio, optaron por usar uno de los barcos de guerra de la escuadra que sus banderizos, los Raer, tenían destacada en Quiebramar.
Durante la cena, Megara -hostil como siempre últimamente con Ancel- quiso informarse acerca de los rumores de un torneo en Bastión de Tormentas. Ante la confirmación de sus hermanos, les reprochó que no hubieran avisado antes al resto de la familia y les preguntó si pensaban llevar con ellos a Melina y a ella misma. Por supuesto, la respuesta fue afirmativa, y Megara no pudo ocultar una sonrisa soñadora.
Tras la cena, Breon fue abordado por Melina Raer en los pasillos del castillo. La joven iba acompañada de su guardián Lyonel, y se mostró muy cariñosa y seductora con Breon a pesar de la habitual brusquedad de éste. El caballero se sintió extremadamente halagado cuando la joven le pidió que la representara en el torneo que se había anunciado, pero por respeto a los Seabreeze (ya que Melina era su pupila), decidió obtener antes el permiso de Jeremiah y Ancel para llevar una prenda de la muchacha. Los hermanos se lo concedieron.
Esa misma noche, Berormane envió un cuervo a Caparazón Recio para avisar a los Tudbury de la visita que los Seabreeze iban a hacerles.
La mañana siguiente, Breon hizo una de sus escapadas habituales a la posada mientras Ancel y Berormane recorrían el puerto inspeccionando los trasiegos e intentando obtener información de terceros sobre el capitán de la flota Raer, Deros Tormenta. La mayoría no conocía al bastardo de la casa Raer, pero algunos sí que habían alcanzado a escuchar algunas habladurías sobre sus hazañas marítimas. De hecho, se decía que los piratas habían dejado de azotar los mares circundantes de Merth y Olara gracias a la fama de "Deros el Domaolas". Breon -que buscaba a Jana Alyr insistentemente con la mirada- y Voredin Rytn acababan de encontrarse en la sala común de la posada cuando hicieron su aparición Ancel y Berormane. Tras una charla intranscendente, Ryth no tardó en preguntar a Ancel si había tomado ya su decisión acerca de los... "negocios" sobre los que habían hablado el día anterior. Tras intentar sin mucho éxito obtener algo más de información del gordo comerciante, Ancel optó por dar un "no" como respuesta; lo último que necesitaba en la delicada posición en que se encontraba era que lo incriminaran en asuntos ilegales.
De vuelta al castillo, Berormane se dirigió a los aposentos de Vanna Ashur para charlar por primera vez en serio con la myriense acerca de sus contactos y del establecimiento de una posible red de espías por toda la isla. Vanna se mostró en todo momento muy críptica con todo lo que tuviera que ver con ella: todavía guardaba hacia Berormane cierta animosidad y bastante desconfianza. La conversación derivó hacia Ancel; la myriense preguntó al maestre acerca de la opinión que le merecía y de su lealtad: si permanecía fiel a los preceptos de los maestres o por el contrario los traicionaba otorgando toda su lealtad a una persona -refiriéndose claramente al heredero de Quiebramar-. Berormane dudó unos instantes, pero finalmente contestó que sin duda era fiel a las enseñanzas de la Ciudadela y seguía sus preceptos. Al parecer, no era lo que Vanna deseaba oir, y la mujer dio bruscamente por terminada la conversación.
Mientras tanto, Jeremiah y Breon salieron al patio de armas para entrenarse con la Guardia de Halcones, a las órdenes de Loren Ashur. El propio Loren se emparejó con Breon, que no dio tregua al myriense. Descargó un poderoso golpe sobre el muslo de Ashur, que éste no pudo detener. Cayó al suelo ante la sorpresa de los guardias que entrenaban. Aunque se le notaba herido en su orgullo, Ashur se giró restando importancia al asunto y ordenando que continuara el entrenamiento. Acto seguido, se retiró del patio con una leve cojera.
Esa tarde, Melina y Breon dieron un paseo por los jardines -bajo la cercana vigilancia de Lyonel y la más lejana de Garrett-. El caballero aceptó la prenda de la muchacha para su representación en el torneo, y se sintió cada vez más embriagado por su olor y su personalidad. Una tormenta estalló, y se refugiaron bajo unas tupidas enredaderas. Melina se quejó del clima:
—Aquí siempre llueve, ser Breon, y las tormentas me producen un gran desasosiego. He oído que en el sur, en Dorne, siempre brilla el sol. Vos habéis viajado mucho por allí, ¿no es cierto? —su sonrisa era arrebatadora—. Ah, ¡cómo me gustaría ver todo aquello! ¡Y cómo echo de menos mi hogar! Si al menos pudiera visitarlo una vez...
A duras penas, ebrio de su aroma y su mirada, Breon se dijo a sí mismo que estaba tratando de utilizarlo, y respondió con gran brusquedad a sus insinuaciones, cosa de la que se arrepintió casi al instante, cuando los ojos de Melina se nublaron con lágrimas y lo miró reprobadoramente. Ambos se callaron y miraron hacia la Torre de las Tormentas, donde un rayo iluminó en una balconada cubierta a lord Jeron en su silla palanquín, a Loren Ashur y a una figura encapuchada irreconocible bajo la cortina de agua.
La misma escena alumbrada por el relámpago pudieron ver Ancel y su madre desde uno de los ventanales de la torre del homenaje. Ancel se dirigió a ver a su padre. Cuando llegó a sus aposentos, un guardia le detuvo en la puerta. Su padre solía utilizar a los pocos soldados que quedaban de los tiempos de la rebelión de Robert, alrededor de una docena, a modo de sirvientes personales y confidentes. El mayor de ellos era Loren Ashur. Cuando le permitieron entrar, el myriense se encontraba junto a lord Jeron, que como siempre que hablaba con Ancel no podía evitar un destello de desprecio en sus ojos. Ancel le habló del torneo, de la oportunidad que suponía para su casa la participación de Jeremiah, y de su fiesta de compromiso, para la que necesitaban dinero. Como siempre, su padre le respondió con desprecio, y Ancel no le respondió con menos, aludiendo a su desastrosa gestión en los años pasados y a su escasa valía como señor de los Seabreeze. La conversación se hizo cada vez más violenta, hasta que Ancel se despidió con una frase cortante que hizo hervir la sangre de su señor padre. Como casi siempre.
El día siguiente cargaron el equipo en la Dulce Tempestad, la galera de guerra de los Raer que los llevaría hasta el pequeño puerto de Arcos Altos, en el continente. Tras un día de navegación y tres días de viaje aburrido entre una fina lluvia a través del noreste de las Tierras de la Tormenta, llegaron a la vista de Caparazón Recio y la pequeña aldea que se extendía a sus pies, Villa Tortuga. Un gran río pasaba anexo a la aldea, donde un pequeño puerto comercial bullía de actividad.
Tres jinetes salieron a su encuentro, vestidos con sobrevestes verdes con la pechera de los Tudbury, la tortuga en el losange amarillo. El cabecilla se presentó como ser Rodren, y los condujo a través de la aldea hasta el castillo. Caparazón Recio era un castillo pequeño pero altamente funcional y robusto. Apenas tenía áreas al aire libre, sino que había sido construido a modo de la concha de una tortuga, con bóvedas y cúpulas de piedra diseñadas para rechazar los pesados proyectiles de catapultas y trabuquetes. Las más anchas columnas que jamás habían visto sujetaban todo el complejo. Un ingenioso sistema de espejos de plata batida que en su día debían de haber costado una fortuna hacía que el lugar no fuera oscuro como boca de lobo.
La comitiva de los Seabreeze fue alojada en amplios aposentos donde pudieron asearse y descansar antes de la cena. Mientras el resto se entregaba al descanso, Berormane se encontró con el anciano maestre Areos, interesándose por el estado de salud de lord Tom Tudbury, enfermo desde hacía varios años. Areos se encogió de hombros y negó con la cabeza: las fiebres ocasionales y la tos sanguinolenta seguían haciendo mella en lord Tudbury, sin que él supiera que hacer para aliviarlas. Ambos se dirigieron al lecho donde lord Tom descansaba. Berormane lo inspeccionó, sin esperanzas de encontrar nada allí donde Areos llevaba años. Sin embargo [¡Tirada de 25!], no tardó en detectar ciertas irregularidades en forma de estrías en las uñas y un tono amarillento casi invisible en la lengua que le resultaban extrañamente familiares. Y de repente recordó de sus años de estudiante los efectos de un veneno llamado Lirio Negro, procedente de Essos, que eran sorprendentemente parecidos a aquellos síntomas. Para Berormane no cabía duda: lord Tom había sido envenenado accidentalmente o a propósito hacía cinco años (los años con síntomas de enfermedad). Debía de haberlo resistido, pero seguramente su organismo habría quedado tan debilitado que desarrolló la enfermedad llamada tos pálida. Areos se mostró sorprendido sobremanera, y se sentó, abrumado por la revelación. Tras tranquilizarse un poco, ambos maestres se dirigieron a la sala principal para tomar parte en la cena.
Mientras tanto, Ancel, Jeremiah, y Megara, junto con su madre Madelyne y ser Breon, se habían ido encontrando poco a poco con sus primos y tíos de camino a la cena o en el salón. Saludaron a su tía Lisbeth, que se abrazó con alegría a Madelyne, y a su marido ser Maras Ethen "el Ruiseñor"; abrazaron a su abuela lady Herena y a sus primas Rya y Selise, las hijas de ser Meryn, hermano de Madelyne y heredero de Caparazón Recio; besaron también a la mujer de ser Meryn, Lyara, y a sus tíos abuelos, ser Nalon y Varyn; en el salón se encontraron también con su primo ser Stevron, el maestro de armas, al que acompañaban sus hijos Eryn, Regan y el muchachito Regar; el hijo y nietos de Varyn, el callado Tomas,la dulce Alyse y el joven y atractivo Ricken, también los saludaron; la adusta mujer de Tomas, Syra de la casa Trant, iba acompañada de su nieto, el hijo de Alyse y ser Rodren -el caballero que los había escoltado hasta el castillo-, el niño Lothar, tímido y retraído. También saludaron a la educada septa Lorelay, al anciano maestre Areos, al lacónico ser Samtar "el Mudo", y al apuesto y galante ser Ewan Rogers. Y también a su tío Roben, apodado "la Oveja Negra" por el resto de la familia. Roben los saludó con afectación pero con aparente sinceridad, y durante la cena dio muestras de su descaro y su desprecio por cuantos estaban a su alrededor. En particular, la septa Lorelay miraba al techo y se abrazaba a sí misma cada vez que Roben decía alguna inconveniencia, casi siempre con matices sexuales. Al lado de Roben se sentaba un tal Lukkan, un hombre que parecía el compañero de juergas perfecto para el noble, que, haciendo honor a su apodo, vestía totalmente de negro. No obstante, lucía gran cantidad de joyas y adornos de oro que no pasaron desapercibidos para Ancel. Tantos adornos contrastaban con la austeridad de la cena, que no fue demasiado abundante. Como les informó ser Meryn, estaban atravesando una mala época de cosechas: las plagas y la sequía parecían haberse cebado con las tierras de los Tudbury; la gente no pasaba privaciones todavía, pero si no conseguían una cosecha abundante pronto, iban a tener muchos problemas. Ancel comprendió que sería imposible que su familia materna le prestara dinero para la fiesta de compromiso, así que se abstuvo de pedirlo. Al final de la cena, todos brindaron emocionados por el compromiso de Ancel con Elora Fell y por los caballeros Seabreeze y Tudbury que iban a participar el en glorioso torneo de Bastión de Tormentas. Algunos de los asistentes, entre ellos Roben y Lukkan, empezaron a insistir a ser Maras que hiciera honor a su apodo y que cantara alguna canción; éste se negó al principio, arrebolado, pero unas palabras al oido de su esposa Alyse lo convencieron. El caballero resultó tener una voz límpida y potente que, a pesar de su fama, nunca dejaba de sorprender a su familia. Pronto, todos se movían al son de "Las lluvias de Castamere", para regocijo de ser Ewan Rogers, que bailaba sobre una mesa haciendo burla de los Lannister.
Tras una breve conversación con ser Stevron, Jeremiah lo convenció para adoptar a su hijo Regar como escudero. Stevron tenía muchas esperanzas depositadas en el muchacho, que por otra parte tenía muchas opciones de heredar Caparazón Recio si ser Meryn no tenía otro hijo (su primogénito Varyn había muerto varios años antes de unas fuertes fiebres), y así se lo hizo saber a Jeremiah, que se comprometió a adiestrar y cuidar al muchacho como si fuera su propio hijo.
Ancel, por su parte, mantuvo una larga conversación con su tía Lisbeth, interesándose por la situación de su hermano Roben. Sin duda, él estaba en posesión de fuertes sumas, cuando lucía tal cantidad de torques y anillos. Lisbeth afirmaba que Roben no les ayudaría en sus estrecheces, y que aunque lo hiciera, no creía que Meryn fuera a aceptar su dinero, pues procedía de "fuentes sucias". No sabía en qué negocios andaba metida la Oveja Negra, pero tampoco quería saber más. Ancel se retiró a su asiento, pensando en qué clase de negocios andaría metido su tío.
Mientras contemplaba la feliz escena a su alrededor y la canción de ser Maras se hacía más atrevida, Berormane meditaba cómo revelar a los Seabreeze la noticia del envenenamiento de lord Tom.
Tres jinetes salieron a su encuentro, vestidos con sobrevestes verdes con la pechera de los Tudbury, la tortuga en el losange amarillo. El cabecilla se presentó como ser Rodren, y los condujo a través de la aldea hasta el castillo. Caparazón Recio era un castillo pequeño pero altamente funcional y robusto. Apenas tenía áreas al aire libre, sino que había sido construido a modo de la concha de una tortuga, con bóvedas y cúpulas de piedra diseñadas para rechazar los pesados proyectiles de catapultas y trabuquetes. Las más anchas columnas que jamás habían visto sujetaban todo el complejo. Un ingenioso sistema de espejos de plata batida que en su día debían de haber costado una fortuna hacía que el lugar no fuera oscuro como boca de lobo.
La comitiva de los Seabreeze fue alojada en amplios aposentos donde pudieron asearse y descansar antes de la cena. Mientras el resto se entregaba al descanso, Berormane se encontró con el anciano maestre Areos, interesándose por el estado de salud de lord Tom Tudbury, enfermo desde hacía varios años. Areos se encogió de hombros y negó con la cabeza: las fiebres ocasionales y la tos sanguinolenta seguían haciendo mella en lord Tudbury, sin que él supiera que hacer para aliviarlas. Ambos se dirigieron al lecho donde lord Tom descansaba. Berormane lo inspeccionó, sin esperanzas de encontrar nada allí donde Areos llevaba años. Sin embargo [¡Tirada de 25!], no tardó en detectar ciertas irregularidades en forma de estrías en las uñas y un tono amarillento casi invisible en la lengua que le resultaban extrañamente familiares. Y de repente recordó de sus años de estudiante los efectos de un veneno llamado Lirio Negro, procedente de Essos, que eran sorprendentemente parecidos a aquellos síntomas. Para Berormane no cabía duda: lord Tom había sido envenenado accidentalmente o a propósito hacía cinco años (los años con síntomas de enfermedad). Debía de haberlo resistido, pero seguramente su organismo habría quedado tan debilitado que desarrolló la enfermedad llamada tos pálida. Areos se mostró sorprendido sobremanera, y se sentó, abrumado por la revelación. Tras tranquilizarse un poco, ambos maestres se dirigieron a la sala principal para tomar parte en la cena.
Mientras tanto, Ancel, Jeremiah, y Megara, junto con su madre Madelyne y ser Breon, se habían ido encontrando poco a poco con sus primos y tíos de camino a la cena o en el salón. Saludaron a su tía Lisbeth, que se abrazó con alegría a Madelyne, y a su marido ser Maras Ethen "el Ruiseñor"; abrazaron a su abuela lady Herena y a sus primas Rya y Selise, las hijas de ser Meryn, hermano de Madelyne y heredero de Caparazón Recio; besaron también a la mujer de ser Meryn, Lyara, y a sus tíos abuelos, ser Nalon y Varyn; en el salón se encontraron también con su primo ser Stevron, el maestro de armas, al que acompañaban sus hijos Eryn, Regan y el muchachito Regar; el hijo y nietos de Varyn, el callado Tomas,la dulce Alyse y el joven y atractivo Ricken, también los saludaron; la adusta mujer de Tomas, Syra de la casa Trant, iba acompañada de su nieto, el hijo de Alyse y ser Rodren -el caballero que los había escoltado hasta el castillo-, el niño Lothar, tímido y retraído. También saludaron a la educada septa Lorelay, al anciano maestre Areos, al lacónico ser Samtar "el Mudo", y al apuesto y galante ser Ewan Rogers. Y también a su tío Roben, apodado "la Oveja Negra" por el resto de la familia. Roben los saludó con afectación pero con aparente sinceridad, y durante la cena dio muestras de su descaro y su desprecio por cuantos estaban a su alrededor. En particular, la septa Lorelay miraba al techo y se abrazaba a sí misma cada vez que Roben decía alguna inconveniencia, casi siempre con matices sexuales. Al lado de Roben se sentaba un tal Lukkan, un hombre que parecía el compañero de juergas perfecto para el noble, que, haciendo honor a su apodo, vestía totalmente de negro. No obstante, lucía gran cantidad de joyas y adornos de oro que no pasaron desapercibidos para Ancel. Tantos adornos contrastaban con la austeridad de la cena, que no fue demasiado abundante. Como les informó ser Meryn, estaban atravesando una mala época de cosechas: las plagas y la sequía parecían haberse cebado con las tierras de los Tudbury; la gente no pasaba privaciones todavía, pero si no conseguían una cosecha abundante pronto, iban a tener muchos problemas. Ancel comprendió que sería imposible que su familia materna le prestara dinero para la fiesta de compromiso, así que se abstuvo de pedirlo. Al final de la cena, todos brindaron emocionados por el compromiso de Ancel con Elora Fell y por los caballeros Seabreeze y Tudbury que iban a participar el en glorioso torneo de Bastión de Tormentas. Algunos de los asistentes, entre ellos Roben y Lukkan, empezaron a insistir a ser Maras que hiciera honor a su apodo y que cantara alguna canción; éste se negó al principio, arrebolado, pero unas palabras al oido de su esposa Alyse lo convencieron. El caballero resultó tener una voz límpida y potente que, a pesar de su fama, nunca dejaba de sorprender a su familia. Pronto, todos se movían al son de "Las lluvias de Castamere", para regocijo de ser Ewan Rogers, que bailaba sobre una mesa haciendo burla de los Lannister.
Tras una breve conversación con ser Stevron, Jeremiah lo convenció para adoptar a su hijo Regar como escudero. Stevron tenía muchas esperanzas depositadas en el muchacho, que por otra parte tenía muchas opciones de heredar Caparazón Recio si ser Meryn no tenía otro hijo (su primogénito Varyn había muerto varios años antes de unas fuertes fiebres), y así se lo hizo saber a Jeremiah, que se comprometió a adiestrar y cuidar al muchacho como si fuera su propio hijo.
Ancel, por su parte, mantuvo una larga conversación con su tía Lisbeth, interesándose por la situación de su hermano Roben. Sin duda, él estaba en posesión de fuertes sumas, cuando lucía tal cantidad de torques y anillos. Lisbeth afirmaba que Roben no les ayudaría en sus estrecheces, y que aunque lo hiciera, no creía que Meryn fuera a aceptar su dinero, pues procedía de "fuentes sucias". No sabía en qué negocios andaba metida la Oveja Negra, pero tampoco quería saber más. Ancel se retiró a su asiento, pensando en qué clase de negocios andaría metido su tío.
Mientras contemplaba la feliz escena a su alrededor y la canción de ser Maras se hacía más atrevida, Berormane meditaba cómo revelar a los Seabreeze la noticia del envenenamiento de lord Tom.
2 comentarios:
Genial! Casi me pierdo con tantos personajes como en el libro jejeje.
Creo que estais consiguiendo una aventura muy digna de cdhyf, intrigas, busquedas de poder, amores, caracterizacion de muchisimos personajes, envenenamientos...
Deseando saber como sigue.
Jejeje, la verdad es que la multitud de PNJs es muy típica en mis partidas, pero el espíritu de CdHyF me lo potencia todavía más... incluso me estoy teniendo que estructurar las casas en páginas web para no perderme. Creo que las colgaré en breve en mi servidor, para que los jugadores también puedan consultarlas.
Gracias por tus ánimos.
Un saludo.
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