Tras una larga discusión en la habitación de los Seabreeze, el grupo, junto con ser Davos y Melisandre, decidió que lo mejor sería hablar directamente con ser Ronnet y no exponerse a una huida que podría acabar con la muerte de todos ellos. Melisandre no les acompañaría, prefería no inmiscuirse en tales asuntos, y aunque les costó convencer a ser Davos, finalmente éste accedió a acompañarles y allanar un poco el terreno. No estaban muy seguros de si era una buena idea, pues el caballero de la cebolla no era ni mucho menos santo de la devoción de ser Ronnet, pero preferían tener todo el apoyo posible.
Poco después se reunían con ser Ronnet en la sala principal. El caballero presentó a uno de sus acompañantes, que parecía su consejero: Willam Connington. Sin embargo, a ojos (y conocimiento) de Ancel y Vanna, era evidente que no existía tal Willam en la familia. La conversación subsiguiente, cuando Ser Davos reveló las verdaderas identidades de los Seabreeze y sus acompañantes, casi acabó de forma desastrosa para los intereses de éstos. Por fortuna, las habilidades sociales de Ancel, Vanna y Berormane se hicieron notar y consiguieron que Ser Ronnet se aviniera a razones y les escuchara sin la intromisión de "Willam", que finalmente resultaría ser en realidad Ser Jon Wylde. Tras mencionar la ira de Renly, la posible intervención de Stannis, el trato con lord Selwyn Tarth y mil y una tretas más, la intervención sorpresiva de Melisandre atenuando y luego reforzando las luces de la sala terminó por convencer al Connington de la conveniencia de aliarse con "los nuevos Seabreeze" en lugar de atraer más iras sobre sí que acabarían con la desgracia total de su casa. Así que ser Ronnet decidió contarles la verdad de su alianza con los Wylde.
Hacía varias semanas que Orten Lugus había llegado del este con una carta, una carta que había hecho que Ser Ronnet diera un puñetazo en la pared. En el mensaje se le instaba a viajar a Tyrosh para entrevistarse, ni más ni menos, que ¡con lord Jon Connington! Al parecer, su primo no había fallecido durante la rebelión de Robert, sino que había conseguido exiliarse a las ciudades libres, y ahora se encontraba a punto de reclamar lo que era suyo. Ser Ronnet no alcanzaba a entender cómo pretendía hacer tal cosa, pero tenía pocas dudas acerca de la autenticidad de la carta y de quién la había escrito. En la alianza con los Wylde, Tarth y Caron había encontrado una tabla de salvación y quizá la posibilidad de obtener el título de lord si demostraba su valía. Pero Melisandre y los datos que habían aportado los Seabreeze cambiaban la situación, así que decidió cambiar de bando requiriendo dos cosas: una suma económica que resultó ser asequible para los Seabreeze y el apoyo de éstos y sus aliados en caso de que lord Jon intentara arrebatarle Nido del Grifo. Por supuesto, Ancel y Jeremiah aceptaron.
Tras algunos susurros y órdenes veladas se entabló un breve combate entre los Connington y los "mercenarios" Wylde. Cogidos por sorpresa y con Breon y Jeremiah en contra, la mayoría de estos últimos se rindieron sin luchar. A quien no hubo forma de encontrar fue a Ser Jon Wylde, que desapareció sin dejar rastro con una parte de sus tropas.
Sin tardanza, Brienne fue liberada y debidamente atendida por Berormane, y el grupo partió tras despedirse de Ronnet Connington, pagarle y prometerle ayuda en breve. Berormane envió un cuervo a Castillo del Atardecer anticipando su llegada, y embarcaron.
La travesía fue muy tranquila, para variar, y en apenas cuatro jornadas llegaban a Tarth, en cuyo puerto se encontraban ancladas varias galeras Estermont. Durante el viaje, Vanna y Brienne se acercaron mutuamente y enseguida trabaron amistad.
En el Castillo del Atardecer fueron inmediatamente recibidos por lord Selwyn, a quien contaron toda la historia de los últimos días y devolvieron a su amada hija. Lord Selwyn se lo agradeció profundamente y envió mensajeros para retirar inmediatamente su apoyo a los Wylde. En cierto punto de las conversaciones hizo acto de aparición Ser Aemon Estermon, que preguntó al grupo por el paradero de su hijo Alyn. Compungidos, le explicaron que Ser Alyn había desaparecido tras la caída de Escollera, y le prometieron que lo buscarían en breve. Aemon apenas pudo contener su ira, pero se avino a razones cuando le recordaron que Ser Alyn había obrado por iniciativa propia debido a su amor a Megara, la hermana de Jeremiah y Ancel. Insistieron en que había que conservar la esperanza y pensar que Alyn seguía vivo todavía; Ancel no se oponía a un matrimonio entre Alyn y Megara, por supuesto, y se comprometió a sacar de donde fuera una dote acorde con tan ilustre cuñado. Lo primero era rescatarlo si se encontraba prisionero, o encontrarlo allá donde estuviera; si estaba muerto, lo honrarían y vengarían.
Una semana después, una flota compuesta por unas ochenta galeras y cinco dromonoes con los estandartes de Estermont, Rogers, Swygert, Wensington y Tarth partía hacia la isla de Merth para poner punto y final al asedio de Quiebramar. Transportaba unos dos mil efectivos de todas las casas mencionadas, y por primera vez en mucho el grupo tenía razones para el optimismo.
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