Translate

Publicaciones

La Santa Trinidad

La Santa Trinidad fue una campaña de rol jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia entre los años 2000 y 2012. Este libro reúne en 514 páginas pseudonoveladas los resúmenes de las trepidantes sesiones de juego de las dos últimas temporadas.

Los Seabreeze
Una campaña de CdHyF

"Los Seabreeze" es la crónica de la campaña de rol del mismo nombre jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia. Reúne en 176 páginas pseudonoveladas los avatares de la Casa Seabreeze, situada en una pequeña isla del Mar de las Tormentas y destinada a la consecución de grandes logros.

martes, 7 de julio de 2020

El Día del Juicio
[Campaña Unknown Armies/FATE]
Temporada 3 - Capítulo 9

Una Extraña Explosión. Sigrid utiliza su poder.

Los médicos informaron a Derek de que la hermana Mary se recuperaría en un plazo aproximado de tres días, al cabo de los cuales podrían volver a intentar el exorcismo del congresista Ackerman. En su debido momento se ocuparían de los detalles del traslado de Ackerman a una capilla adecuada. Mientras tanto, las hermanas Rose y Teresa se alojarían en un hotel cercano a la CCSA; no pusieron objeciones cuando Derek extendió un cheque con una generosa donación para su convento.

Conversando sobre los siguientes pasos a dar, Patrick recomendó que tuvieran bajo estrecha vigilancia y que investigaran exhaustivamente a Amy Bowen, la secretaria personal de Ackerman; si iba a venir a Nueva York, toda precaución le parecía poca. Además, enviaron a dos agentes a investigar al librero con pinta de comadreja que los había retenido la noche anterior. También pidieron a través de Sally la ayuda de Omega Prime, para que los hackers cambiaran el nombre de dos pasajeros en un vuelo de aquella misma madrugada y que de ese modo pareciera que Sigrid y Patrick partían de viaje a Rusia. Con suerte, eso desviaría la atención de Sigrid durante al menos un par de días. Por su parte, Tomaso se encargaría de hablar con sus múltiples contactos para ver si podían proporcionarles unos pasaportes falsos y poder viajar con seguridad.

Una vez tomadas todas esas medidas, el grupo se trasladó a la biblioteca para investigar sobre Napoleón y aquella extraña hermandad esotérica que mencionaba en su diario e intentar averiguar algo sobre el tal Gamal, a quien al parecer, el futuro emperador había confiado su "libro de tapas negras". Aunque ese día no descubrieron ningún dato relevante, Sigrid dio con la referencia de varios libros raros que tendría que solicitar al departamento correspondiente, y que estaba segura de que les darían más pistas sobre el asunto. No obstante, un par de horas antes de que la biblioteca cerrara sus puertas y el grupo se marchara con las tarjetas de referencia anotadas por Sigrid, esta tuvo un encuentro inesperado: alguien se sentó a su lado mientras se encontraba absorta en la lectura.

 —Buenas tardes, señora Olafson —dijo una mujer madura de profundos ojos azules, muy bien vestida y con el cabello recogido en un moño; Sigrid se puso en guardia mientras la mujer le alargaba una tarjeta—. Permítame presentarme, soy Rachel Stevens, de Weiss, Crane & Associates. Aquí le dejo mi tarjeta, me gustaría que me llamara lo antes posible, y por favor —bajó un poco la voz, inconscientemente—, tenga usted cuidado cuando vuelva a su apartamento.

Sin darle oportunidad de réplica, la mujer se marchó antes de que ninguno de los compañeros de Sigrid se hubiera podido dar cuenta de su presentación. Solamente Patrick pudo percibir de refilón su aura, que delató algún tipo de poder paranormal en la mujer. Por supuesto, la anticuaria no tardó en compartir la información con los demás. 

Salieron hacia la CCSA cuando la biblioteca cerró, y mientras se encontraban en camino, Derek recibió la llamada de Sally, que con tono de urgencia les preguntó si ya iban para allá. Pocos minutos después se encontraba con ellos en la agencia y los instó a reunirse alrededor de su portátil. En él, no tardó en abrir lo que a todas luces era la grabación de una cámara de seguridad en el hall principal de la estación Grand Central.

Estación Grand Central
 
La imagen, de no muy buena calidad y sin sonido, mostraba a una mujer cuyo rostro aparecía en todo momento desenfocado rodeada por varios guardias de seguridad y agentes de policía. Transcurrieron unos silenciosos segundos en los que la mujer y algunos guardias gesticularon, y de repente, una especie de onda expansiva que procedía de ella pareció tumbar a todos los presentes, guardias, policías, curiosos y viajeros. Pasaron unos cuantos instantes más en los que la mujer parecía gritar y gesticular desesperada, hasta que en un momento dado señaló algo a su izquierda; a continuación, todo se volvía negro y menos de un segundo después la imagen se convertía en estática: las cámaras habían dejado de funcionar.

 —Esta grabación ha sido retirada de todas las webs públicas donde se encontraba —dijo Sally—; pero Omega Prime monitoriza todas las agencias de noticias y blogs y por suerte han conseguido esta copia. Pero aunque no la tuviéramos no importaría, porque no es todo.

Acto seguido, Sally abrió varias páginas de redes sociales, a las que se habían subido múltiples grabaciones procedentes de los móviles de los curiosos congregados en la escena. Abrió una, la que le había parecido de mejor calidad. Estaba tomada desde un punto escorado a la derecha respecto a la grabación que habían visto antes, pero la imagen era mucho mejor y esta vez sí que había sonido. En el centro de la escena, se veía a la mujer, morena y no muy alta, azorada entre los policías y guardias, que intentaban calmarla. De espaldas a la pared, ella estaba gritando, y su voz sonaba mucho más alta de lo que habría sido normal en comparación a las voces de los que la rodeaban. Patrick sintió un escalofrío cuando la oyó.

 —¡Patrick! ¡Patrick! —gritaba la mujer—. ¡¿Dónde está?! ¡¡Traedme a Patrick!!

A continuación tenía lugar la explosión silenciosa que empujaba a todos los presentes y les hacía caer al suelo, y después el vídeo se interrumpía. Lo peor era que en cada vídeo que les mostraba Sally, la mujer era la misma, el entorno era el mismo, pero ella decía cosas distintas. Siempre reclamaba la presencia de "Patrick", o advertía a "Patrick" de algún peligro, pero las palabras exactas que salían de su boca eran distintas. Todos se quedaron helados por la impresión. Y eso no era todo... esa mujer tenía unos rasgos extremadamente parecidos a los de Henry Clarkson, el avatar del Consejero que habían conocido en la anterior existencia. Derek ató cabos y recordó uno de los nombres de los expedientes en los que había estado trabajando la CCSA: Rebecca Clarkson, a quien se calificaba como "sujeto peligroso".

Decidieron trasladarse rápidamente a Grand Central para ver si podían averiguar algo. La zona ya había sido acordonada por el ejército y la policía, al parecer había habido una fuerte explosión y se había activado el protocolo antiterrorista. El primer control les puso muchísimas trabas para pasar, pero consiguieron hacerlo y el segundo fue más sencillo de superar. Llegaron así a las puertas de Grand Central, donde la NSA había tomado posiciones junto a la policía y los militares. Gracias a las habilidades de Patrick y Derek consiguieron convencerles de que les dejaran inspeccionar la escena, pero tuvieron que aceptar que les acompañara un tal agente Daniels, que se mantendría en todo momento pegado a ellos.

Al acceder al vestíbulo, vieron cómo una multitud de heridos estaba siendo atendida por sanitarios y bomberos. Y lo primero que les llamó la atención, además del extraño calor reinante, fueron los colores.

 —¿Os habéis fijado? —preguntó Derek—. En los colores, me refiero.

 —Sí —contestó Sigrid—, parecen... no sé... apagados.

Efectivamente, era como si todo a su alrededor (el suelo, las paredes, las pinturas, los azulejos, las propias ropas de los heridos, todo lo que había estado presente en la estación en el momento de la "explosión") tuviera los colores más oscuros, menos vibrantes. Se acercaron a una pared para ver si se trataba de alguna pátina que pudiera haber quedado sobre ellas, pero no era asi; los propios colores habian sido oscurecidos, como si todo hubiera sido repintado, o retintado. Las ropas de los sanitarios, bomberos y agentes que habian llegado más tarde destacaban sobre la oscuridad general.

En el lugar donde se había encontrado la mujer (presuntamente Rebecca Clarkson) en el momento de la explosión no había nada en particular, ni cadáver cubierto ni nada que la delatara. Y cuando Derek se giró para tener una perspectiva más general, se quedó helado. Allí, en uno de los altillos superiores, se encontraba la figura inconfundible del alcalde, Dan Simmons, reunido con varias personas formando un corrillo. El director de la CCSA hizo gestos a sus compañeros para que estuvieran prevenidos de la presencia allí de aquel que en la otra realidad se había hecho llamar El Hombre Malo. Llamó también la atención de Hansen que a los pies de Dan Simmons y sus interlocutores se encontraba lo que parecía ser un cadáver cubierto con una manta térmica. Según los cálculos mentales que hizo el director de la CCSA, aquel punto era más o menos hacia donde debía de haber señalado Rebecca Clarkson antes de que las imágenes de los vídeos se cortaran.

Derek decidió acercarse disimulando hacia el grupo de Dan Simmons, siempre con la fastidiosa presencia del agente Daniels pegado a ellos, hasta que pudo escuchar levemente su conversación. Por su parte, Patrick se concentró para mirar el aura del alcalde, y se sorprendió cuando detectó su total ausencia; Dan Simmons no tenía aura.

 —Es extraño —susurró Patrick cerca de sus amigos, para que el agente Daniels no le oyera—; Simmons no tiene aura. No sé si será algún tipo de protección, pero de momento sólo me ha pasado eso —tragó saliva, con la boca seca de repente— con los autómatas.

Derek respondió afirmando levemente con la cabeza, mientras aguzaba el oído para intentar escuchar algo. Por pura suerte pudo escuchar algunos retazos:

 —...que se encargue la gente de Francesco de arreglar este desastre —decía el alcalde—. Tenemos que atraparla lo antes posible, averiguad inmediatamente dónde está.

 —Lo que no entiendo —decía otro miembro del corrillo— es qué estaba haciendo un demonio tan expuesto a la multitud y a la luz del día. Quizá están cambiando su forma de actuar —añadió con cierto tono de preocupación—.

 —Bueno —replicó Simmons—, lo que importa es que ha sido fulminado, aunque no sepamos muy bien cómo. Así que centrémonos en lo importante...

En ese momento, alguno de los interlocutores se giró para mirar a Derek, que al instante disimuló su interés en el grupo y se alejó. El director de la CCSA era consciente de su ascendencia atlante y la capacidad que unos ojos adiestrados tenían de percibirla, y se alejó lo más rápidamente posible tratando de no llamar la atención. Aunque eso ya no era posible. Alguien los señaló, y pareció que daba unas confusas órdenes para que los siguieran. Pero afortunadamente Derek había reaccionado lo suficientemente rápido y prácticamente arrastró a sus compañeros hacia el exterior.

Fuera, se encontraron con dos agentes biólogos de la CCSA que Derek había reclamado antes de entrar. Este les dio órdenes para que tomaran la mayor cantidad posible de muestras en el interior y se despidió de ellos, apurado. Por suerte, todo fue rápido y pudieron salir del perímetro de seguridad sin mayores problemas.

Al llegar a la CCSA, estaban esperando los agentes que Derek había apostado en la librería para investigar al dependiente; ningún hombre de las características descritas había aparecido por la librería en todo el día. Derek lo achacó al trabajo por turnos, y designó a otros dos agentes para que vigilaran la librería por la noche. Sigrid llamó a Salvatore Leone, recordándole su conversación en el Orfeo, para ver si podían averiguar algo sobre lo que sucedía en Grand Central (Dan Simmons había mencionado a "la gente de Francesco", y suponían que se trataba de la familia Leone). Sin embargo,  todo lo que obtuvo la anticuaria fueron respuestas apresuradas disculpándose por "tener mucho trabajo", y la promesa de que "ya la llamaría él".

A continuación, Sigrid aprovechó para llamar a aquella mujer, Rachel Stevens, que le había dado su tarjeta de Weiss & Crane en la biblioteca. La mujer  no tardó en ir al grano, y mencionar "esa curiosa afición a comprar miles de libros de madrugada", y por supuesto dejó translucir con sus palabras que "su gente" sabía lo que pasaba, y querían lograr la colaboración de Sigrid porque "aquello que había conseguido les sería de una gran utilidad". Evidentemente, se refería a la carga mayor bibliomántica que vibraba en el ser de la anticuaria. Ante las continuas peticiones de celebrar una reunión presencial con "sus jefes" Sigrid desvió toda la conversación todo lo que pudo, hasta que finalmente Rachel pareció ofenderse por la falta de decisión de su interlocutora, y colgó. "Ahora sí que tenemos que tener cuidado", pensó Sigrid, "y lo mejor será que utilice esa carga lo antes posible. Esperemos que el vuelo que Omega Prime nos ha simulado para dentro de tres horas les despiste".

Sally solicitó a Omega Prime que revisaran las grabaciones del exterior de Grand Central, para ver si se veía algún rastro de Rebecca Clarkson después de la explosión; varias horas más tarde llamarían para decir que la mujer no aparecía en ninguna imagen; no había salido de la estación en la media hora que había pasado desde la explosión hasta que se había establecido el control de las fuerzas de seguridad.


Alrededor de la una de la madrugada, después de una larga discusión, el grupo decidió por fin en qué debería utilizar Sigrid su carga mayor: utilizaría sus habilidades bibliománticas para desvelar el paradero del libro de tapas negras de Napoleón: las sensaciones de Patrick relacionadas con el diario evidenciaban que ese libro debía de ser muy importante para evitar mayores desastres existenciales. Concentrándose, Sigrid cerró los ojos mientras los demás la observaban atentamente. Al cabo de pocos segundos, sin ningún efecto aparente, los volvió a abrir.

 —El libro está en el Reino Unido —anunció, con una sonrisa—. En Edimburgo, al parecer.





No hay comentarios: