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La Santa Trinidad

La Santa Trinidad fue una campaña de rol jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia entre los años 2000 y 2012. Este libro reúne en 514 páginas pseudonoveladas los resúmenes de las trepidantes sesiones de juego de las dos últimas temporadas.

Los Seabreeze
Una campaña de CdHyF

"Los Seabreeze" es la crónica de la campaña de rol del mismo nombre jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia. Reúne en 176 páginas pseudonoveladas los avatares de la Casa Seabreeze, situada en una pequeña isla del Mar de las Tormentas y destinada a la consecución de grandes logros.

miércoles, 9 de marzo de 2011

La Santa Trinidad - Campaña en Aredia Temporada 3 Capítulo 3

Al salir del Mundo Onírico, aparecieron justo ante el cadáver de Ayreon. Una situación extrañísima. Todo eran preguntas, dudas y más dudas. Después de mucho discutir sobre qué hacer, y a pesar de la oposición de Demetrius, Ayreon decidió quemar su propio cuerpo. No sabía qué consecuencias acarrearía, pero no podía dejar allí aquella carcasa vacía.
Tras la incineración, prosiguieron con el interminable camino. Por las noches, el paladín seguía teniendo los mismos sueños sombríos y recurrentes: casi todas las noches veía a Demetrius y a Kadrajan mirándole con los ojos totalmente negros y riéndose. Los dos ilvos que ahora les acompañaban, lord Ergialaranindal y su madre, lady Elerentárena, empezaron a aparecer también en tales visiones.

Ezhabel, por su parte, emprendió el viaje hacia el norte para buscar el antídoto para la esposa del duque Vensider.  Una de las noches del viaje, que pasaron en un refugio cerca de la costa, la semielfa tuvo un extraño sueño. Un grito de un guardia que dio la voz de alerta y ella corriendo hacia el lugar, materializando en su mano a Nirintalath, la Espada del Dolor. El motivo de la alarma del guardia era una figura demoníaca, y no se trataba sino del propio Ayreon, convertido en una bestia de cuatro metros y asesinando a los guardias cruelmente. Ezhabel se lanzó sin pensarlo a detenerle, y en ese momento la Espada del Dolor explotó en una sensación de infinitos alfileres atravesando todo su cuerpo. Despertó sobresaltada. Volvió a dormir, pero el sueño ser repitió una y otra vez, impidiéndole descansar del todo esa noche y las siguientes.

En el norte, el tiempo empeoró sobremanera y afectó al grupo de Demetrius, Kadrajan y Ayreon. El frío se hizo muy intenso y la madre del Primarca estuvo a punto de morir. Ayreon hacía todo lo que podía por recuperar su salud a través de Emmán, pero sin éxito. El viaje se hizo desesperantemente lento, de refugio en refugio. Las noches también se hicieron más duras para el paladin. No solo le atacaban las horribles visiones, sino que también empezó a oir voces procedentes del Mundo Onírico. No supo identificarla, pero imaginaba que podía proceder de Phôedus, Korvegâr o incluso Norafel, el arcángel de Emmán. Le llamaban. A pesar de que le costaba ignorarlas, consiguió adquirir cierta facilidad para hacerlo y así pudo sobrellevar la situación. También sintió una necesidad imperiosa de matar, pero consiguió reprimirla.

Finalmente, Ayreon fue capaz de esgrimir el poder de Emmán para sanar a la Primarca Mater, en un proceso durante el que Emmán pareció querer decirle algo, pero no consiguió entender las señales.

La cosa se agravó cuando en los sueños de Ayreon se manifestaron por fin Norafel y Phôedus. El arcángel de Emmán, como ya sabía el paladín, había cambiado de filas y ahora servía a la Sombra. Los dos entes intentaron hacer ver a Ayreon que su causa era la correcta, e intentaron que negara a Emmán. La fe del paladín era fuerte como el acero, y se negó. El maltrato físico y psíquico no se hizo esperar, y Phôedus se cebó con él valiéndose de sus capacidades en el Mundo Onírico. Mientras tanto, Norafel se dirigió hacia Kadrajan y el Primarca, reflejos del mundo real, y los miró detenidamente. Acto seguido ambos comenzaron a gritar. Demetrius despertó en el mundo real cuando oyó los gritos de sus compañeros. Ayreon estaba escupiendo sangre, y Kadrajan y Ergialaranindal estaban gritando como si les estuvieran desollando vivos. Se cogían la nuca con ambas manos. Al cabo de un rato, tanto Kadrajan como el ilvo se calmaron y quedaron inconscientes. Una detenida observación de Demetrius reveló que ahora tenían un extraño símbolo grabado a fuego en la parte posterior de sus cabezas. Ayreon respiraba débilmente, pero seguía vivo.

Ezhabel
llegó al pie de una montaña en busca del antídoto y su grupo, compuesto por quince marineros ilvos y los Guardias Carmesí Dailomentar, Argimentur y Tulkastárno, la ascensión, no muy dura, pero físicamente exigente. Cuando se encontraban escalando durante un atardecer, Ezhabel se fijó en que a unos 30Km. de la montaña aparecieron unos destellos de luz, explosiones. No tuvieron más remedio que ignorarlas y continuar su viaje.

Pocos días pasaron y la ascensión se hizo cada vez más dura. No tardaron en llegar las bajas al grupo de ilvos, varios de ellos murieron sepultados por la nieve o despeñados, o atrapados en el hielo. La desesperación empezaba a asomar a sus rostros.

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