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La Santa Trinidad

La Santa Trinidad fue una campaña de rol jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia entre los años 2000 y 2012. Este libro reúne en 514 páginas pseudonoveladas los resúmenes de las trepidantes sesiones de juego de las dos últimas temporadas.

Los Seabreeze
Una campaña de CdHyF

"Los Seabreeze" es la crónica de la campaña de rol del mismo nombre jugada en el Club de Rol Thalarion de Valencia. Reúne en 176 páginas pseudonoveladas los avatares de la Casa Seabreeze, situada en una pequeña isla del Mar de las Tormentas y destinada a la consecución de grandes logros.

sábado, 7 de mayo de 2011

La Santa Trinidad - Campaña en Aredia Temporada 3 Capítulo 35


La reunión del grupo con el rey, con Menelyutar y con Argunas les llevó todo el día, hasta que el rey, agotado después de cuarenta y ocho horas sin dormir, los despidió con sus mejores deseos.

La mañana del día siguiente, Ezhabel contó toda la historia de su padre a Mattren Helner, a petición de éste. Acto seguido, pidieron sus grifos y acompañados de Menelyutar volvieron a las forjas.

Una vez allí, miradas de reconocimiento entre Avaimas y Menelyutar siguieron a su reencuentro y se saludaron, de forma muy poco efusiva, haciendo honor a su condición de elfos. Tras sus saludos, la conversación derivó al problema de Férangar y la labor de los Alen'tai. Menelyutar prometió a Avaimas que haría todo lo que estuviera en su mano para ayudar a los PJs.

Después de todo esto, volvieron de nuevo a Nímbalos montando en sus grifos. Al poco de llegar, Nirintalath se materializó en los aposentos de Ezhabel procedente del mundo onírico luciendo un corte en su mejilla. Según contó la muchacha, los cuervos del mundo de los sueños se habían vuelto insoportablemente hostiles con ella.

A las pocas horas, Mattren Helner apareció trayendo consigo un rumor: "me he enterado de que alguien ha convocado a los Mediadores a Nímbalos. Mal asunto es ese, en verdad".

Reunidos con Menelyutar, éste les confirmó el descubrimiento que Mattren había hecho. Efectivamente, en palacio también habían recibido el anuncio de la convocatoria de los Mediadores por medio de un halcón enviado desde la prisión. El ahora único integrante de la Tríada de consejeros les condujo a presencia del rey Rûmtor.

El monarca se mostró visiblemente preocupado al darles la noticia de que había un intenso tránsito de halcones mensajeros procedentes de la prisión y dirigiéndose hacia ésta. A petición de los PJs, el rey acordó convocar a Férangar para una reunión dentro de dos días, pero no podía asegurarles que el Alen'tai se diera por aludido y asistiera; aún así, lo intentaría.
Al poco tiempo, un halcón llegaba a Nímbalos con la noticia de que Férangar aceptaba asistir a la reunión.

Pasados dos plácidos pero tensos días, Férangar llegó a Nímbalos, y no lo hizo solo: nada menos que veinte alen'tai le acompañaban. Cuando el grupo fue convocado a la sala del trono, allí se erguía orgulloso el elfo, acompañado "únicamente" de media docena de sus acólitos. Durante toda la conversación, en la que los PJs intentaron hacerle entrar en razón y recordarle a Avaimas y el papel inicial de los alen'tai como protectores de las forjas, Férangar se mostró amenazador; "los Mediadores han sido avisados de la situación, y dos de ellos vendrán a juzgaros a vosotros y también a vos, majestad". Como los PJs sospechaban que Férangar pudiera estar bajo los efectos de una Maldición de Olvido, tras incontables intentos Ayreon pudo convencer a Férangar para que permitiera al paladín intentar quitarle cualquier maldición que pudiera tener activa. Evidentemente, los seis alen'tai presentes tendrían a Ayreon bajo el filo de sus espadas y lo matarían si detectaban algo raro.

Sin demasiado esfuerzo, Ayreon deshizo la maldición de Olvido que afectaba a Férangar, y éste cayó inconsciente. En ese instante, uno de los Alen'tai con la espada al cuello de Ayhan hizo un leve gesto de atacar al paladín. Pero no fue más allá. Ezhabel pudo oír a su lado cómo Menelyutar susurraba en Cántico: "no existes". Acto seguido el Alen'tai amenazante dejó de estar allí, su existencia fue borrada. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de la semielfa.

A los pocos instantes, Férangar despertó, musitando levemente "ahora recuerdo..."

Con Férangar ya de su parte, el grupo consideró llegado el momento de presentar a Mattren, Adalûr y Leiran como lo que realmente eran, Mediadores de pleno derecho traicionados por el resto de sus compañeros. Los tres pasaron a explicar cuál era la situación real de los Mediadores. Dudaban que dos de ellos pudieran llegar en un plazo de tiempo relativamente corto, ya que habían partido al lejano norte en misión de exterminio.

También presentaron a lord Demmaiah, como gran señor de la fuerza Ilva, de la cual pasaron a hablar largo y tendido.

La conclusión fue que en dos días Férangar convocaría al mayor número de alen'tai posible para ser reunidos en Nímbalos en un plazo de cinco jornadas. Y así se hizo. El comandante alen'tai envió halcones a Doranna y al resto de bastiones de su orden. Durante las cinco noches que los PJs pasaron esperando, los sueños de todos ellos empeoraron y se tornaron en pesadillas.

En una de las varias conversaciones con Férangar, averiguaron con gran regocijo que el alen'tai ejercía en su pasado en Turmalandë como "guía interdimensional" para los otros alquimistas. Ya tenían a quien necesitaban para intentar encontrar a Natarin.

Al quinto día llegó a la ciudadela un contingente de varias docenas de alen'tai procedentes de la prisión, donde se habían reunido para subir a Nímbalos. Y se les reunió en el Patio de Armas de Palacio. Allí, Ayreon empezó a eliminar las maldiciones de olvido que pesaban sobre parte de ellos, obteniendo su poder del propio Menelyutar, que canalizó cantidades ingentes de puntos de poder hacia el paladín -en el proceso, Ayreon pudo deducir que Menelyutar era un "Magus", una clase de hechiceros que hacía tiempo había desaparecido de Aredia-. Una vez Ayreon hubo acabado el trabajo, miradas de estupefacción y reconocimiento afloraron a los ojos de los alen'tai, y le llegó el turno a Férangar, que les arengó durante más de media hora para "volver a su labor primigenia", proteger las Forjas de Turmalandë de la Sombra. Y así, al día siguiente empezaron los preparativos del descenso a Turmalandë para encontrarse con Avaimas y devolver las Forjas a su antiguo esplendor.

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